Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de julio de 2025


Bendito sea tu pico, palomita exclamó dirigiéndose á su mujer. Nada dices, mi alma, que no esté puesto en razón. Ahora mismito voy á ordeñar. Eladia, enciende el farol. Vamos, déjate de palabras necias y arrea. ¡Que viva, eh! decía Martinán guiñando el ojo á los tertulios. ¡Vaya una mujercita despachada!

Fue un choque magnético que hizo arder súbito toda la alegría de su corazón infantil. Los tertulios la llamaron, trataron de retenerla; pero ella, obedeciendo la orden de su madrina, siguió hasta el gabinete. Pocos momentos después se oyó la voz áspera de Quiñones. ¿No está el conde de Onís por ahí? ¿Cómo no entra?

Los tertulios del Camarote, hostigados constantemente por las gacetillas del Faro, se habían decidido al cabo a fundar otro periódico en el que pudieran tomar venganza de las sinrazones que se les hacía. Enormes sacrificios costaba esto. Muy pocos, de entre ellos, eran ricos. El único que pudiera llamarse así era don Pedro Miranda.

Encariñábanse con sus amigos como si fuesen próximos deudos todos. Contábanse de ellas rasgos de abnegación que las honraba extremadamente. Durante la furiosa reacción del año 1823, uno de sus tertulios, teniente de caballería, se refugió, después de cierta intentona abortada, en su casa.

Pagó los dos vasos y terciando la montera para dar testimonio visible de aquella resolución, tomó el garrote que tenía arrimado al tonel y traspuso majestuosamente la puerta. Los tertulios esperaron á que Bartolo saliese de su escondite; pero viendo que no daba cuenta de y temiendo que le hubiera ocurrido algo malo, uno de los labriegos llamó con el garrote sobre el tonel. Bartolo, Bartolo.

Cuando todo estuvo arreglado, don Mariano lo notificó por medio de sus criados, y unos en pos de otros los tertulios se fueron replegando hacia la casa y entraron en el salón, donde se había improvisado una espléndida mesa atestada de manjares y flores.

La tertulia dura casi siempre tanto como la representación; pero tiene algunos paréntesis. Cuando la actriz necesita cambiar de traje se dirige a sus tertulios con sonrisa graciosa y ojos suplicantes: Señores, ¿me dejan ustedes un momentito?... un momentito nada más.

Palabra del Dia

godella

Otros Mirando