Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
Primero quedó suspenso con el pasmo de la sorpresa, luego se dijo con la velocidad del pensamiento que cuanto había en aquel maravilloso recinto y cuanto realzaba la belleza de aquella mujer extraordinaria, había bajo una u otra forma nacido entre sus manos.
No se le quitaba Sancho del lado, el cual alargaba cuanto podía el cuello y la vista por entre las piernas de Rocinante, por ver si vería ya lo que tan suspenso y medroso le tenía.
Suspenso y como turulato se quedó Morsamor al oír en boca de Sankarachária el nombre de su benéfico amigo. Entonces exclamó sabrás quién soy yo. El Padre Ambrosio te lo habrá contado todo. Y vaya si me lo ha contado.
Hablad presto, Florela, exclamó Cervantes levantándola, que oyendo lo que me decís, estoy suspenso y sin vida.
El maestro, subiendo al viejo asiento, encontró el nido caliente aún, y mirando a lo alto hacia las enlazadas ramas, se halló con los ojos negros de Melisa. Se miraron en suspenso. Melisa fue la primera en hablar. ¿Qué quieres? preguntó secamente. El maestro se había preparado su plan de batalla. Quiero algunas manzanas silvestres dijo en tono humilde.
Y con esto, dándola el brazo doña Guiomar, para que en él se sostuviese, salieron seguidas de Florela, y al postigo del jardín se encaminaron, y por él entraron en la casa. De como Cervantes encontró casa de la tía Zarandaja más de lo que había querido buscar. Suspenso quedose Miguel de Cervantes, cuando hubieron desaparecido doña Guiomar, Margarita y Florela.
Iba a probarle Sancho; pero, antes que llegase a él ni le gustase, ya la varilla había tocado en él, y un paje alzádole con tanta presteza como el de la fruta. Visto lo cual por Sancho, quedó suspenso, y, mirando a todos, preguntó si se había de comer aquella comida como juego de maesecoral.
La voz que dijo esto tuvo un poder semejante al de las palabras mágicas de los cuentos orientales, que dejan en suspenso la vida de una ciudad entera, quedando inmóviles personas y objetos, en la actitud que les sorprende el poderoso conjuro. Se hizo un silencio de asombro.
La que se le anunciaba podía ser insignificante, como otras. No obstante, en la voz de Rufina había cierto temblor, una veladura, un timbre extraño, que dejaron á Torquemada frío y suspenso. «Yo creo que no es cosa mayor prosiguió la señorita. Parece que le dió un vahido. El maestro fué quien lo trajo... en brazos.»
A lo cual respondió Carriazo que no podía satisfacer a aquellas preguntas tan en público; que él respondería a solas. Estaba Tomás Pedro escondido en su aposento, para ver desde allí, sin ser visto, lo que hacían su padre y el de Carriazo. Teníale suspenso la venida del Corregidor y el alboroto que en toda la casa andaba.
Palabra del Dia
Otros Mirando