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Actualizado: 20 de septiembre de 2025
Mas no se crea que con esto quiera yo negar que el hombre virtuoso se halle muchas veces en posicion sumamente desventajosa, para competir con un adversario inmoral.
Otros muchos ejemplos notables se me ocurren, en historia principalmente; pero si me dejase llevar iria muy léjos; sumamente léjos, y no puedo dar tanta extension á esta primera parte, cuando me está esperando la segunda, que debe ser mucho más larga, y bastante más entretenida.
Yo no creo que los nombres de los santos sean tan desdeñables para caer en semejante desuso y relegarlos al olvido, sustituyéndolos por apodos caprichosos. Por otra parte, tanto la Iglesia como el Estado son sumamente tolerantes y admiten cualquier nombre, a gusto del consumidor.
Y el rey fijó una mirada vaga en la puerta que correspondía á la recámara de la reina. Aquella mirada hizo sudar á la duquesa. Sabed dijo el rey, acercándose más á doña Juana y en voz sumamente baja que mi confesor ha estado encerrado gran parte de la tarde conmigo. Detúvose el rey, y la duquesa sólo contestó abriendo mucho los ojos, porque no sabía á dónde iba el rey á parar.
Y contribuye mucho más, por otro lado, que este mirar lo que se hace es sumamente divertido; es el mejor modo de matar o de hacer tiempo; es una grata ocupación, que se proporciona quien no tiene ninguna, y que no bien se casa se queda sin ella.
Solo uno de los suscritores faltó despues al suministro de los fondos: era un castellano. El territorio vascongado es tan sumamente montañoso, que no tiene ni un solo valle de dimensiones algo notables, a excepcion de la llanura de Vitoria y la hoya del Bidasoa cerca de San Sebastian.
Es muy estraño que los Jesuitas, tan sumamente industriosos, no hayan beneficiado estas riquezas mineralógicas que habrian duplicado sus recursos, y dado una grande impulsion al adelanto de aquellas comarcas.
Empleamos sólo cuatro días entre Honda y Barranquilla; en los dos últimos, el calor se hizo sumamente intenso, aunque no como a la subida, porque la rapidez misma de la marcha avivaba la corriente de aire que venía fresca aún de su contacto con el mar. ¡Con qué indecible placer, al llegar a la costa, regalé magnánimamente a uno de los muchachos de a bordo mi petate, mi almohada y mi mosquitero!
Su cara era huesosa, irregular, sumamente abultada en la parte superior; la frente tenía una exagerada convexidad, mientras la boca y los carrillos quedaban reducidos á muy mezquinas proporciones.
El traje de la india rica, que hoy se confunde con el de la mestiza, es sumamente gracioso. No siendo una mujer verdaderamente fea, parece bonita con el pintoresco atavío de las hijas del Oriente. Ahora sí, lo que debemos manifestar es que el aire para llevar ese traje es preciso tomarlo desde el vientre de la madre.
Palabra del Dia
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