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Actualizado: 4 de noviembre de 2025


El objeto era salir; la calidad de los baños importaba poco. Estas expediciones fueron aficionando á los santanderinos al veraneo; y este año dos familias, y el siguiente cuatro, y el siguiente ocho, y así sucesivamente, fuimos á parar á que los que pasaban julio y agosto en la ciudad, tenían vergüeza de confesarlo en septiembre á los que volvían tostados por el sol de nuestra campiña.

Siempre gusta uno de ser amado, y no deja de ser conveniente y agradable el cariño de las pobres mujeres del campo; nunca se pierde el tiempo empleado en hacer el bien y en adquirir simpatías. 7 de septiembre. Mi marido ha vuelto de la posesión que su hermano tiene en Dijón.

Á fin de conservarlo le escribió, por tanto, en 14 de septiembre de 1596, la carta más afectuosa, excusando lo ocurrido; pidiendo que no le condenara sin oirle ; refiriendo, en fin, los sucesos de la campaña; y como el Sr.

A fines de Septiembre se partió el P. Fernández á los Chiquitos, y llegando á las tierras de los Chiriguanás, llamadas Palmares, tuvo noticias más ciertas del camino que habían abierto los Chiquitos.

El mío prosiguió con una voz en que se notaban dejos del llanto sirvió también a su rey en la Armada real hasta el año 68...; en el mes de septiembre se arrancó los entorchados y rompió su espada... Yo, señor, desenvainé la mía por primera vez en la batalla de Alcolea, y fiel a las tradiciones de mi raza, vengo a ofreceros hoy como Grande la que ya os di como soldado...

Como complemento de este trabajíllo séanos lícito transcribir el interesante artículo publicado en el Boletín de Acción Social n.º 38, 15 de Septiembre de 1909 que podrá ser aprovechado el día de mañana por algún curioso cronista sevillano: Primer Sindicato en Sevilla.

Se recibió la Real Orden para gastar 3000 reales en la fiesta de San Francisco de Borja de la cantidad concedida para la del Santo Rey don Fernando. Sábado 30 de Septiembre y lunes 2 de Octubre, hubo cañas y toros en la Plaza de San Francisco á que asistió el Cabildo de la Santa Iglesia en el sitio de la ciudad en dos arcos y medio.

La carcajada fue general, pues la flema del señor Kisseler en tal aventura resultó irremisiblemente cómica. Fueron necesarias las instancias de sus amigos, que temían perder el tren, para decidirlo a levantarse del polvo donde estaba sentado y que le cubría la ropa. No fue floja tarea la de sacudírsela para ponerlo presentable. Máximo a su Hermano. 14 de septiembre.

Esas chozas, ¿no pueden ocultarme una pareja de amantes verdaderos que han preferido el simple hogar de sus padres, un pequeño campo cultivado por sus manos y el goce de placeres sin remordimiento, a todas las seducciones de la ciudad? Soñemos, soñemos en esta felicidad que nos rodea, puesto que jamás hemos de participar de ella. 17 de septiembre.

Cuantas veces reflexiono en nuestra soledad, recuerdo los muchos nidos que tantas veces he visto durante el otoño bajo los álamos del patio de Saint-Point; en lugar de los pequeñuelos hay nieve, y el viento se va llevando sus pajas, ¡una a una! Así es nuestra casa en la actualidad. 18 septiembre de 1825.

Palabra del Dia

vengado

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