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Actualizado: 15 de mayo de 2025
Nuestro Señor, &c. Recibo á la resolucion del Rey. Exmo. Señor: Asumpcion, 19 de Mayo de 1793.
Costárame algunos días de dudas y vacilaciones tomar aquella resolución. Antes había intentado, sin éxito feliz, sobornar a una de las mandaderas del convento para que entregase una carta a la hermana San Sulpicio. Me había contestado con indignación, poco menos que poniéndome la cruz como al diablo.
Encarecieron su peligro y el descrédito del nombre de Aragon si no los socorria; subditos que le habian hecho tan ilustre y tan grande. Don Sancho mostró luego con su presta resolucion el deseo de su bien y conservacion.
Y por mi parte, seguro estoy de que no te opondrás á mi resolución, que no tiene más objeto que tu felicidad. Pero si yo no quiero que haga usted mi felicidad dijo Clara más inquieta. Pues entonces, ¿quién la va á hacer? Huérfana, sola en el mundo, rodeada de enemigos y de malvados, sin que haya nadie que se interese por ti....
Amigo mío, bien sabe usted que su matrimonio con Beatriz ha sido siempre mi más cara ilusión... pero soy demasiado amiga de usted para no preguntarle si ha reflexionado usted maduramente sobre las posibles consecuencias que para usted pueda tener su resolución.
¡Oh! no, eso no, Pablo, se apresuró a replicar la joven; eso no debe afligirte, porque yo no quería a nadie entonces... ni he querido después añadió avergonzada; y si no, pregúntalo en el pueblo... te lo juro, yo no he querido a nadie.... Más que a Vd., amigo Pablo, me atreví yo a decir con resolución, e impaciente por acercar de una vez aquellos dos corazones enamorados.
El espectáculo de la riqueza le llenó de asombro; la privación de lo que otros disfrutaban espoleó a la envidia; la ignorancia cerró a la abnegación el paso; la conciencia le dijo que su ambición era justa; miró a Luz con codicia, y en el fondo de su alma surgió el deseo de gozarla o la resolución de destruirla.
Comandantes de los cuerpos de esta guarnicion, instruirles de la resolucion y de su objeto, y exigir de ellos si se hallan en ánimo y posibilidad de sostenerla: para lo cual mandaron que en el acto sean citados en esta Sala Capitular. Y comparecieron en ella los Sres.
Esta resolución no era dictada por la vanidad, ni por el frívolo deseo de gustar á los hombres ó de hacer rabiar á las amigas, como han pretendido después algunos filósofos malhumorados.
Lüisa, en resolución, Yo no tengo de querer Hombre humano. ¿Qué has de hacer, Si todos como éstos son? 60 DO
Palabra del Dia
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