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Actualizado: 26 de junio de 2025


Quiero hablar poco de , sobrellevar con paciencia las contrariedades y las humillaciones que pueda soportar sin menoscabo de la dignidad humana, no rebuscar en mi tocado vanidad alguna, no reprender a mis hijos y a otras personas con acritud ni enredarme nunca en discusiones; quiero asimismo no decir jamás una palabra que pueda molestar al prójimo, presente o ausente.

No seas golosa, ama; no seas golosa; no te acuerdes tanto de las ollas de Egipto, como decía el señor Cura, quien te solía reprender por ese vicio de la gula dijo Inesita riendo. No es gula, ingrata. Yo me lamento por ti, y no por . A me basta con un plato de alboronía o con un gazpacho. Por otra parte, yo no me duelo sólo de la comida, sino también de otras cosas. Y me duelo con razón.

Su mamá la consolaba. Su papá fue a hablar él mismo por el teléfono, a reprender al médico y a mandarle, muy enojado, que viniese en seguida a ver a Lita. Hubo todavía que esperar un buen rato. La mamá hizo rezar a Lita sus oraciones de la mañana y le besaba las manitas. Después la hizo desayunarse con una gran taza de chocolate. Y el médico vino al fin.

Necesitaba tener una criatura a quien reprender y enseñar por los procedimientos suyos. Púsose la mantilla doña Lupe, y tía y sobrino salieron. La primera se quedó en la calle de Arango, y el segundo se fue a comprar la hucha y tornó a su casa.

26 Y no pudieron reprender sus palabras delante del pueblo; antes maravillados de su respuesta, callaron. 27 Y llegaron unos de los saduceos, los cuales niegan haber resurrección, le preguntaron, 28 diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y muriere sin hijos, que su hermano tome la mujer, y levante simiente a su hermano.

En cuanto á director espiritual, Doña Antonia tenía á un capuchino fervoroso y elocuente, cuya fama eclipsaba entonces la del P. Jacinto, el cual, como más tibio en el predicar y en el reprender, no hacía tantas conversiones ni traía al redil tantas ovejas descarriadas como su cofrade barbudo.

Imaginábase que los españoles o los contrabandistas se apoderaban del castillo. ¡Pobrecilla!... Por fortuna no tardé en tranquilizarla... ¿Y qué tal va su salud, y la de usted? Envidiables. ¿Se han aburrido ustedes mucho en mi ausencia?... ¿qué han hecho aquí, entretanto? Ayer tuvimos reunión, y jugamos al whist y al boston. ¡Perfectamente! Y, a propósito, tengo que reprender a usted.

Palabra del Dia

vorsado

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