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Actualizado: 1 de junio de 2025


¡Tiña, que yo me entiendo! ¿Por qué no quiso él que se entregara el dinero á un comerciante del Muelle cuando en el otro Cabildo se lo dijieron? Porque nos bastamos nusotros pa correr con ello sin ayuda de naide. Por lo que se pega, borrico. Que son malos quereres, tío Tremontorio.

Moviendo su cabeza con aire de incredulidad, cantó estas palabras: A no me emboban. Esto no es epidemia que venga de las Asias, sino malos quereres. ¿Y a qué llama malos quereres, buena mujer? preguntó Gracián riendo, no tan fuerte como el subdiácono, que soltó una carcajada.

Porque yo, lo que es tenerte voluntá... te tengo muchísima, ya desde mismo que te vi... y me gustas que no , que parece que mismo no pienso sino en tus quereres... así me veo yo tan destruido, que cuasimente no como y propiamente no me quiere dormir el cuerpo.... Por trabajar, ya sabes que trabajaré hasta que me reviente el alma... y por mantenerte....

El diablo me lleve si no era tan pobre como yo hace poco tiempo. ¿De ónde ha salío tanto lastre? ¡Tiña! ... no quiero hablar; pero si no corriera él con los agorros del Cabildo, como corre hace dos años, no había de tener el pellejo tan reluciente. Esos son malos quereres, tío Tremontorio.

Pero la vieja se mostró más insolente al verse protegida por el cuerpo de Salvatierra, y asomando por uno de sus hombros la boca de arpía, siguió insultando a Rafael. Premita Dios que se te muera lo que más estimes... Que veas argún día estirá y fría, como mi pobrecita Mari-Crú, a la gachí de tus quereres.

Pocas cosas encuentro yo más divertidas que la conversación de usted, y además siempre aprendo algo y gano oyéndole hablar. Yo soy ignorante, casi cerril; pero el amor propio no me engaña, me parece que no soy tonta. Comprendo, pues, y aprecio el agrado y valor que tienen sus palabras. Entonces, ¿cómo es que no me quieres? Entendámonos. ¿De qué suerte de quereres se trata? De amor.

Soy agradecida: se me ha olvidado el comer, de las hambres que paso; pero no tengo malos quereres, Eliseo de mi alma, y lo que a me falta tenlo , y come y bebe, y emborráchate; y ten casa de balcón con mesas de de noche, y camas de hierro con sus colchas rameadas, tan limpias como las del Rey; y ten hijos que lleven boina nueva y alpargata de suela, y niña que gaste toquilla rosa y zapatito de charol los domingos, y ten un buen anafre, y buenos felpudos para delante de las camas, y cocina de co, con papeles nuevos, y una batería que da gloria con tantismas cazoletas; y buenas láminas del Cristo de la Caña y Santa Bárbara bendita, y una cómoda llena de ropa blanca; y pantallas con flores, y hasta máquina de coser que no sirve, pero encima de ella pones la pila de Semanas; ten también muchos amigos y vecinos buenos, y las grandes casas de acá, con señores que por verte inválido te dan barreduras del almacén de azúcar, y papelaos del café de la moca, y de arroz de tres pasadas; ten también metimiento con las señoras de la Conferencia, para que te paguen la casa o la cédula, y den plancha de fino a tu mujer... ten eso y más, y más, Eliseo...

Palabra del Dia

irrascible

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