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Actualizado: 9 de noviembre de 2025
8 Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. 9 Y el resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, los transportó a Babilonia Nabuzaradán, capitán de la guardia.
Detúvose algún tiempo Candido en Surinam, esperando á que hubiese otro patron que le llevase á Italia con los dos carneros que le habian, quedado.
Tú eres injusto contigo mismo en esto, dijo Ester con dulzura. Tú te has arrepentido profunda y amargamente. Tu falta ha quedado relegada á una época que hace tiempo ha pasado para siempre.
Porque si no ha quedado harta de mí, le he de rogar que me dé otra audiencia. ¿Será usted tan buena que quiera tener conmigo otro rato de palique?». Todos los que usted quiera replicó la señora de Rubín, encantada con la indulgencia y cortesía de la ilustre dama. Bueno; ya fijaremos cuándo y cómo. ¿Va usted hacia su casa?
Comenzó a hablarse de matrimonio; mediaron cartas entre don Melchor y su sobrino; después visitas entre aquél y don Rosendo. Finalmente todo quedó arreglado, conviniéndose que a la primavera regresaría Gonzalo, y se efectuaría el casamiento. Salían ya del teatro los que habían quedado.
Esotro que está en esotro de más arriba con un halcón en la mano, es un caballero que, habiendo heredado mucho de sus padres, lo gastó todo en la cetrería y no le ha quedado más que aquel halcón en la mano, que se las come de hambre. Allí está un criado de un señor que, teniendo qué comer, se puso a servir. Allí está un bailarín que se ha quedado sin son, bailando en seco.
Mas, entonces siendo más necesarios los pies, con diligencia y presteza nos pusimos en la barca; que ya los que en ella habían quedado nos esperaban, temerosos de algún mal suceso nuestro.
Antes de salir dirigió una penetrante mirada a su hermana, que ésta se apresuró a evitar sentándose de nuevo. Abajo les esperaba ya, en efecto, Ramón, con el familiar enganchado. Llevaban el carruaje mayor que tenían. Don Rosendo y Pablito, que se habían quedado a comer en Sarrió, volverían probablemente con ellos a la madrugada.
Comenzó el acto: Villamelón seguía indigestado; Currita, emberrenchinada y con el rabillo del ojo alerta; Leopoldina, que era, en efecto, aficionada e inteligente, sin perder una nota, y el tío Frasquito, que allí se había quedado, muy satisfecho por hallarse al lado de Leopoldina, una de las sobrinas espurias a que más predilección mostraba, por su allure varonil y decidida y sus excéntricas genialidades.
Yo me disculpé diciendo que me lo habían contado tal como lo referí, y D. José María se puso furioso, llamándome zascandil, embustero y enredador. Efectivamente, D. Rafael vivía y estaba fuera de peligro; mas se había quedado en Sanlúcar en casa de gente conocida, mientras su padre vino a Cádiz en busca de su familia para llevarla al lado del herido.
Palabra del Dia
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