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Actualizado: 25 de julio de 2025
En tal estado, sin aislarse lo dramático propiamente dicho de lo lírico y épico, existe el drama griego en tiempo de Thespis, reconocido generalmente como el inventor de la tragedia . Sólo cuando la narración se convirtió en diálogo y acción; sólo cuando los interlocutores comenzaron á representar diversos personajes, se desarrolló el drama clara y distintamente.
Abde-r-rahman I no tenia propiamente hablando wizires que administrasen el Estado en su nombre: solo tenia cierto número de jeques que tomaban asiento en su consejo y le auxiliaban con su esperiencia y sabiduría. Tambien concedió asiento en el consejo á algunos de sus secretarios ó Catibes, como sucedió con Umeyyah Ibn Yazíd, mauli ó favorito de Moavia Ibn Merwan, su próximo pariente.
Entre estas perfecciones secundum quid, se ha contado siempre la extension. De esto parece resultar que Dios es propiamente extenso, bien que con extension infinita. Con todo el respeto que se merece la ilustre sombra de uno de los primeros ornamentos de la Iglesia Católica, de uno de los hombres mas grandes de los tiempos modernos, me atrevo á decir que semejante opinion no me parece sostenible.
La simplicidad se opone á la composicion, de suerte que la idea de simplicidad excluye esencialmente la de composicion; y como en esta última se comprende un número de cosas distintas que se reunen para formar un todo, resulta que la idea de simplicidad excluye esencialmente la de número de cosas reunidas, para formar un todo; luego lo simple es propiamente uno, y hay verdadera simplicidad en una substancia, cuando ella no es un conjunto de substancias.
El corazón humano adolece con frecuencia de estos achaques, no por maldad propiamente, sino por falta de educación de los sentimientos, por desuso de los más delicados de ellos, por resabios del egoísmo adquiridos en la libertad de una vida sin trabas ni linderos.
Añadiéronse á la mezquita propiamente dicha, esto es, al cuerpo cubierto del edificio, ocho naves grandes, todas iguales y del mismo número de arcos que las ya existentes, prolongándose de resultas ciento ochenta piés las treinta y tres naves menores que se cruzan en ángulo recto con las principales corriendo de oriente á ocaso.
Ahora sí, decía, que puedo llamarme propiamente la Princesa Venturosa. Este capricho de poseer el pájaro verde no era capricho, era amor. Era, y es un amor, que por oculto y no acostumbrado camino, ha penetrado en mi corazón. No he visto al Príncipe, y creo que es hermoso. No le he hablado, y presumo que es discreto.
Así y con todo, fiel, honrado y trabajador como era y sirviendo donde servía, ningún padre de aquel lugar debía, en «josticia de ley», cerrarle la puerta de su casa. Pues había quien, si no la cerraba propiamente, tampoco se la abría de buena voluntad. Temas de los hombres.
No, señor: la mar... Tampoco la mar propiamente, sino la embarcación con que anda por ella: su balandro... ¡qué balandro?... su yacht. ¡Canástoles! ¿Y tiene un yacht... un yacht de veras? preguntó Nieves, apartando sus ojos de las acuarelas para fijar en el boticario su mirada henchida de curiosidad.
Los mismos elementos, en toda su pureza, juegan en Fuego de Dios en el querer bien, Cada uno para sí, Con quien vengo vengo, También hay duelo en las damas y El maestro de danzar. El astrólogo fingido y No hay burlas con el amor. Son propiamente comedias burlescas, ó, más bien, entremeses ó sainetes.
Palabra del Dia
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