Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de noviembre de 2025
Empero ahora, que tan sin pensado me veo enriquecido deste divino don de la habla, pienso gozarle y aprovecharme dél lo más que pudiere, dándome priesa a decir todo aquello que se me acordare, aunque sea atropellada y confusamente, porque no sé cuándo me volverán a pedir este bien, que por prestado tengo.
Y bajando la voz, con acento apasionado, añadió: Ni me sacio ni me saciaré jamás de estar a tu lado, vida mía. En los años que llevo adorándote, ni un solo momento he sentido la sombra del hastío. Cuando estoy cerca de ti pienso que ni en el cielo estaría tan bien; cuando estoy lejos pienso que estaría mejor junto a ti.
Pero ¿qué te hago yo que explique esas durezas tuyas de carácter, para mí que vengo a ti como viene el sediento a un vaso de ternuras? Más cariño no puedes desear. Pensar, yo sí pienso en todo lo más difícil y atrevido; pero querer, Lucía, yo no quiero más que a ti. Yo he vivido poco; pero tengo miedo de vivir y sé lo que es, porque veo a los vivos.
Si papá supiera nuestro amor con él hablaría yo de tí, de mis temores, de mis presentimientos, de que sólo pienso en tu felicidad, aunque sea a costa de mi dicha. Pero no le diré nada, no, jamás; se apenaría el santo viejecito, y no quiero contristar ese noble y apasionado corazón, corazón de niño, corazón de mujer que fácilmente se lastima. Aunque tú me digas que sí, que le diga todo, no lo haré.
¡Ni pienso!... Vaya, Baldomero, y hágalos salir del campo. ¿De «verdá», don Melchor...? ¿Pero no me entiende?... ¿o quiere que vaya yo?... Déjalos, ¡infelices! insistió Lorenzo. ¡No quiero!... ¡Vaya!... ¡No me da la gana!...
¡Ah, no te cases viejo!... Cada vez que yo pienso que no podré ya ver mujer a mi hija, me desespero. Me parece que el Cielo me ha hecho concebir una esperanza para quitármela en seguida. Tú sabes cuan desgraciado he sido en mi vida pasada. ¡Qué mujer aquella que me deparó el Cielo!... Cásate joven y con una mujer dulce y sencilla.
Yo creo dijo que nos hemos visto otra vez, pero no puedo acordarme dónde, por más que pienso. ¡He corrido tantos países!... ¡he conocido tantos hombres!... Robledo la miró con severidad, al mismo tiempo que preguntaba bruscamente: ¿Cómo se llama usted?
-Así lo pienso hacer -dijo don Quijote-; y vuesas mercedes me den licencia, pues ya es hora para irme al lecho, y me tengan y pongan en el número de sus mayores amigos y servidores. -Y a mí también -dijo Sancho-: quizá seré bueno para algo.
Sí saben, pero como tienen sus poetas paniaguados, y les va bien con ellos, no buscan pan de trastrigo; pero yo pienso darlas á la estampa, para que se vea de espacio lo que pasa apriesa, y se disimula, ó no se entiende quando las representan; y las comedias tienen sus sazones y tiempos coma los cantares.
Pienso en estas palabras, y, cuando me llega el turno de echar las tres paladas de tierra en la fosa, dejo caer también en ella un juramento silencioso: «No amigo, no abandonaré nunca a tu hijo... Amén.» Todo tiene fin.
Palabra del Dia
Otros Mirando