Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !


Mientras vamos andando volveremos a hablar de este asunto. Volvieron a ponerse en marcha. El intendente siguió demostrando su alegría. Cuanto antes trataría de hablar a Marta y pedirle perdón por sus sospechas mal fundadas, y hacerle comprender por medio de palabras buenas que conocía la causa de su pesar. Catalina no hacía más que suspirar mientras él hablaba.

Magia de la voz humana: las palabras de amor hacían arder su corazón y la saturaban de una dulzura incomparable. ¿Por qué estaba comprometida? ¿Por qué no podía romper aquella fútil promesa, y dar a Juan no sólo el placer del perdón sino también la dicha de aceptar su mano?

Y ábrazados llorarán lágrimas de perdón exclamó el padre muy conmovido y cruzando las manos. ¡No! gritó Navarro, y aquella sílaba sonó como un tiro. El jesuita se quedó perplejo, mirando a su amigo con espanto.

Acababa, sin saberlo, de oprimir con fuerza el brazo en que su herida estaba abierta todavía, y fuera de , caí a sus pies para pedirle perdón por el daño que sin querer le había causado; quiso levantarme, y su cabeza tocó la mía, sus labios rozaron ligeramente los míos, y, en aquel momento, apareció Teobaldo.

Otras veces reñía con ella por cualquier bagatela y pasaba ocho días sin verla, al cabo de los cuales, aprovechando un momento en que los dejaban solos, se arrojaba á sus pies pidiéndole perdón y haciendo mil extremos de arrepentimiento.

Cada vez que me asomo a los hombres, me echo atrás como si viera un abismo; pero de cada vez que vengo a verte, saco un brío para batallar y un poder de perdón que hacen que nada me parezca difícil para que yo lo acometa.

Y los segundos papeles están en malas manos, porque como aquí no hay actores... Esto sin embargo, los ensayos siguen su curso natural; el autor se consume porque los actores principales no dicen su papel en el ensayo, sino que lo rezan entre dientes. Un poco más energía se atreve a decir el autor en ademán de pedir perdón. No tenga usted cuidado le responden; a la noche verá usted.

Para Justa y Luis el decoro era la mitad de la vida: estaban persuadidos de que el error y el pecado son inherentes a la naturaleza humana, y de que la disculpa y el perdón forman la gloria principal con que el bueno se aventaja al malo; pero con el escándalo no transigían nunca.

No saludó de palabra; no pronunció una sola: no hallaba, sin duda, fórmula de saludo que no disonase en aquella ocasión; pero con el gesto, con el ademán, con la expresión de toda su fisonomía, mostraba que era un caballero respetuoso, que pedía humildemente perdón de la astucia y de la audacia que se había visto obligado á emplear para llegar hasta allí.

Es tan cierto esto que cuando salí de su casa de buena gana me hubiera vuelto a pedirle a usted perdón.... Si no de palabra, con los ojos y el gesto debió usted comprender que se lo he pedido después muchas veces....