Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de junio de 2025


La había visto, como en una página de novela, regando sus claveles en el balcón; se llamaba Cándida, era pequeñita y rubia, habitaba una casita cubierta de enredaderas y me recordaba por la gracia y por lo airoso de su cintura, todo lo que el arte ha creado más fino y frágil: Mimí, Virginia, Julieta... Todas las noches, en éxtasis místico caía a sus pies color de jaspe; y por la mañana, al despedirme, dejaba en su regazo, algunos billetes de cien pesetas.

El conde de Trevia en sus actitudes y maneras tiene más de gato que de mujer. La condesa está sentada á su lado y es mujer que seguramente no llega á los treinta años, pequeñita, de mejillas frescas y sonrosadas, ojos pardos rasgados, cabellos de un castaño claro, con una boca deliciosa provista de pequeños y blancos dientes. Una mujer sana y hermosa.

Tomó por fuerza una de mis manos y la retuvo entre las suyas, mientras que yo, dominada por una timidez que no había sentido jamás, volví a un lado la cara y hacía esfuerzos por librarme. Déjame esta mano tan pequeñita y linda; me pertenece. Vuelve la cara hacia acá, Reina. Miré de frente a aquellos hermosos ojos francos que me sonreían, y exclamé: ¡Alabado sea Dios!

Me valga San.... ¿Pero hablas formal, mujer? ¿Te quieres meter en aquella prisión por toda, toda, toda la vida? Arreniégote. Querer, quiero.... ¡Ay! Quise desde que fui así pequeñita.... Pero ¡bah!, ¡no puedo! ¿Dónde me van a recibir ahora sin el dote? ¡Buenas están las monjas para meterse en despilfarros! ¿Y yo, cómo he de juntar el dote, dime ?

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando