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Actualizado: 10 de junio de 2025
Mostráronse los hijos humildes y obedientes; lloraron las madres; recibieron la bendición de todos; pusiéronse en camino con mulas propias y con dos criados de casa, amén del ayo, que se había dejado crecer la barba, por que diese autoridad a su cargo.
Siete leguas después de estos montes corre su río, junto al cual está situada la laguna Neugetures, en que entra un río que baja de las tierras de los Guamas. A lo largo de esta laguna viven lo más del año estos bárbaros, y allí crían muchas manadas de caballos y mulas, sirviéndose de los Guamas como de esclavos, para cultivar la tierra y sembrar el tabaco que se dá aquí en gran abundancia.
334 Había sido el guitarrero un gaucho duro de boca: yo tengo paciencia poca pa aguantar cuando no debo; a ninguno me le atrevo, pero me halla el que me toca. 335 A bailar un pericón con una moza salí, y cuanto me vido allí sin duda me conoció; y estas coplitas cantó como por raírse de mí: 336 las mujeres son todas como las mulas; yo no digo que todas, pero hay algunas que a las aves que vuelan les sacan plumas.
Por acá los hombres tratando caballos, mulas y asnos, y aun alguno que otro perro; por allá las mujeres, vendiendo sartenes, olletas y toda clase de objetos de metal.
Tenía como veinte años, llamábase Andresillo Marijuán, y aunque era natural de Aragón, iba a servir de mozo de mulas a un pueblo de Andalucía, en casa de la condesa de Rumblar, su ama y señora, pues en las fincas que ésta poseía en tierra de Almunia de Doña Godina había nacido aquel mancebo. Al punto su genio franco y alegre simpatizó con el mío y nos hicimos muy amigos.
La alpargata. El gallo de mi vecino. La noche de consuelo. La mañana. La naturaleza. La temperatura. El guarapo. El valle de Guaduas. El café. Los indios portadores. El eterno piano. El porquero. Las indias viajeras. La chicha. Pasaron las primeras horas de la mañana y las segundas y las terceras, sin que las mulas apareciesen.
Volviéronse, con esto, a sentar a comer de los despojos que había dejado el enemigo, muy de espacio, y estando en los postreros lances de la comida, entraron algunos mozos de mulas en la venta, llamando al Güésped y pidiendo vino, y tras ellos, en el mismo carruaje, una compañía de representantes que pasaban de Córdoba a la Corte, con ganas de tomar un refresco en la venta.
El viajero, entretanto, sintiéndose á discrecion de aquellos salvajes y de diez mulas furiosas, se agita en un drama cómico de las mas vivas emociones, acabando por resignarse á todo. Imagínese lo que habrá de sentir el que, saliendo de un magnífico tren de ferrocarril, se entrega por primera vez á esa pesadilla sin sueño que se llama un viaje en diligencia.
La grande distancia del Brasil, y lo trabajoso del camino hacen que los caballos y mulas en Cuyabá se vendan á precio muy subido: pues se vende un caballo ordinario en cien pesos, y una mula en docientos. Por el occidente, desde Cuyabá á Mattogroso, se estienden algunas montañas, que son ramos de la gran cordillera ó serranía de que hablamos antes.
El factor debería tener atahona para que todos los que quisiesen moler trigo tuvieran dónde hacerlo, sin más paga por la molienda que la que se considerase suficiente para mantener peones, mulas y composturas de atahonas; y así mismo tendría trapiches, y todos utensilios para moler la caña y beneficiar la miel y azúcar; y, en fin, tendría todas aquellas oficinas que no es fácil las costeen los pobres, y que por falta de ellas o no siembran ni plantan aquellos efectos, por la imposibilidad de beneficiarlos, o los pierden, por falta de ellos.
Palabra del Dia
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