United States or North Macedonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


No se entendían, por ser de diferentes lenguas; pero con todo eso, alcanzaron y consiguieron traer consigo dos jóvenes, que aprendida la lengua de los Chiquitos, sirviesen después de intérpretes. No eran estos indios Tapuyquias, como se había pensado, sino Morotocos; ó como otros los llaman, Coroinos.

Con todo eso pasó adelante, á dos jornadas distante de la última Ranchería de los Cucarates, le suplicaron algunos Orerobates y Morotocos torciese algún tanto el camino y fuese á tres Rancherías de su nación á reducir á aquellos sus paisanos al conocimiento del Dios verdadero.

Son estos Carerás de la misma lengua y nación que los Morotocos, con los cuales poco antes habían roto la paz por litigios y contiendas que tenían entre , y se habían seguido, de ambas partes, muchas muertes y ruinas, hasta que cansados de pelear y hacer guerra los Carerás enviaron mensajeros á los Morotocos para volver á su antigua amistad; pero contra todo el derecho de las gentes, dieron éstos inhumanamente la muerte á dichos mensajeros.

Irritó tanto esta alevosía á los Carerás, que se conjuraron para destruir á los Morotocos, sin dar cuartel á ninguno de ellos; antes bien, haciendo pedazos á cualquiera que caía en sus manos, y celebrando con sus carnes banquetes de cruelísima alegría.

Indios Morotocos; usos, costumbres y cualidades II 90 Indios Payaguás; condición, usos y costumbres I 186 Indios Guaycharapos é Itatines I 192 Indios Manacicas I 244 Infamias de los Mamalucos del Brasil; destruyen muchas ciudades de indios I 74 Infatigables tareas del P. Zea en la conversión de los indios Chiquitos II 170 Intentan los indios Igritucas dar muerte al P. Caballero I 256

A los fines de Junio del mismo año se prevenía el P. Felipe Suárez para ir á cinco Rancherías de Morotocos, á atraer la gente al conocimiento del verdadero Dios; pero se hubo de detener algún tiempo por haber recibido carta del P. Visitador y Vice-Provincial Antonio Garriga, en que le ordenaba sucediese al P. Juan Patricio Fernández en el oficio de Superior de aquellas Misiones; con todo eso, por no perder la ocasión, fué allá y trajo felizmente para Dios el pueblo, del cual muchos se inquietaron después y quisieron volverse á sus antiguas miserias, por ser el clima poco conforme á su salud; mas premiando Dios los trabajos y fatigas de su siervo, que verdaderamente fueron grandes, especialmente una ardientísima sed de cinco días, sin tener una gota de agua con qué refrigerarla, se quietaron, finalmente, y se redujeron todos á ser cristianos y tomar casa fija en San Joseph.