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Y a la fuerza, cogiéndole por las manos, lo alzó de la silla y se puso a dar vueltas con él, entonando uno de los cantos largos y monótonos del país. Fray Diego se sintió rejuvenecido. Recordaba sus tiempos de mastuerzo allá en la aldea, cuando su tío el cura de Areces le molía a palos porque saltaba de noche por la ventana para ir a cortejar las mozas de los pueblos vecinos.

El barbero aporreaba a Sancho, Sancho molía al barbero; don Luis, a quien un criado suyo se atrevió a asirle del brazo porque no se fuese, le dio una puñada que le bañó los dientes en sangre; el oidor le defendía, don Fernando tenía debajo de sus pies a un cuadrillero, midiéndole el cuerpo con ellos muy a su sabor.

Quedaban dos pajes cerca de la bitácora velando la ampolleta, un reloj de arena que molía dejaba pasar su contenido en media hora. Así medían el tiempo en la obscuridad de la noche. Y siguiendo una tradición, decían los pajes al entrar de guardia: Bendita la hora en que Dios nació, Santa María que lo parió, San Juan que lo bautizó.

Pero por respeto a ti y a misma y a la familia, no hice nada. ¡Contarle a tu mamá mis sospechas!... ¿Para qué?, ¿para disgustarla sin ventaja ninguna?... Guillermina, con quien únicamente me clareaba, decíame siempre: «paciencia, hija, paciencia». Y por fin llegaba yo a tenerla, y el molinillo que me daba vueltas en el corazón, molía, haciéndomelo polvo, y yo aguanta que aguanta, siempre callada, poniendo cara de Pascua y tragando hiel, tragando hiel.

Si quisiera vérsele encendido, colérico, fuera de , no había más que traer alguna esencia en el pañuelo o la cabeza perfumada con algún aceite; así que llegaba a su nariz el malhadado perfume, ya se le subía la sangre a la cabeza, marchaba derecho hacia el culpable, y después de alborotarle los cabellos, le molía los cascos a coscorrones. «¡Corrompido!

De las manos de un pariente lejano, que le molía a palos y le llamaba hijo de tal y de cual, pasó al servicio de la Iglesia con carácter de monaguillo, y hasta llegó a cantar en el coro de la catedral en funciones de tiple; y esta época fue, según él, la más santa de su vida, sin ser perfecta.

A los pocos instantes, Yuba-Bill andaba ya atareado, como Caliban, en llevar trozos de leña para aquella Miranda; el correo molía café en el mirador; a me fue asignada la delicada tarea de cortar tocino, y el juez ayudó a todos con sus bienhumoradas y atinadas observaciones.