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Actualizado: 30 de abril de 2025


Conviene algunas veces administrar en el intérvalo del acónito varias dósis de un medicamento cuya accion es análoga á la suya en la enfermedad que se trate, como la belladona, la manzanilla, la pulsatila. En las exacerbaciones agudas de las flegmasías crónicas y en el período subagudo de ciertas fiebres de larga duracion, la alternacion del acónito y del azufre produce escelentes resultados.

Los cólicos gaseosos y la flatulencia reclaman la asafétida cuando hay sensibilidad en los intestinos y sensacion de frio en el bajo vientre; y sus indicaciones, en semejantes casos, son muy diferentes de las de la belladona y de los medicamentos piréticos, así como tambien del eléboro blanco, del arsénico, de la manzanilla y de los medicamentos atáxicos; del acíbar y de los medicamentos que corresponden al molimen hemorroidal; del carbon vegetal en fin, del fósforo y de los medicamentos adinámicos.

Todos brincaban por el salón, acometidos de un vértigo en el cual debían de tener alguna parte el manzanilla y el amontillado que nos habían servido. Cuando nos cansamos, fuimos de nuevo a sentarnos. Cogí su abanico, le di aire fuertemente, tan fuerte, que lo rompí, lo cual fue ocasión de nuevas bromas y risas. No habíamos hablado nada de nosotros mismos.

La irritabilidad, el estado nervioso, el eretismo, que caracterizan la accion de la manzanilla, la hacen propia naturalmente en las fiebres con síntomas versátiles, tales como ansiedad, frio, calor intenso, escitacion sensorial, abatimiento, etc.

Las afecciones neurálgicas de la manzanilla no tienen gravedad á pesar de su agudeza, ni en el momento, como en las de arsénico, ni por sus consecuencias como en el causticum y la nuez vómica..... Sus espasmos, su nerviosidad, no tienen el punto de partida en los centros nerviosos, como el café y la belladona, sino que se dirigen á aquellos directamente, como el semen-contra, la gratiola.

El dueño, grande amigo de Daniel, nos sirvió por mismo boquerones fritos y japuta, poniéndonos al lado un par de botellas de manzanilla. Suárez estaba muy contento, y comía y bebía bravamente. No lo hacía yo mal tampoco. Las niñas de Anguita y su original papá nos servían de tema inagotable de conversación. Pidiose otro par de botellas.

Pero, además, se empeñaba en que todas las mujeres se enamorasen de él, en ser hombre chistoso ó «de buena sombra», como allí se dice, en cantar, tocar la guitarra y bailar como nadie, en jugar á los naipes y al billar mejor que ninguno, en quedar fresco después de haber bebido algunas botellas de manzanilla, mientras los demás rodaban por el suelo borrachos.

Después de la manzanilla y antes de la ignacia, es preciso tener presente á la cina en las convulsiones de los niños, aun cuando haya fiebre y congestion cerebral; la somnolencia está entonces interrumpida por gritos que no deben confundirse con el cerebral, pues son provocados habitualmente por cólicos.

Aun cuando la manzanilla y spigelia sean hasta cierto punto análogas, sus indicaciones exigen mas nerviosidad y personas mas sensibles é impacientes para el dolor, no solo por temperamento, sino tambien por circunstancias ó disposiciones del espíritu.

Palabra del Dia

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