Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de mayo de 2025
Hay en Venecia buenos hoteles y cafés, tiendas elegantes, profuso alumbrado de gas, sociedad amabilísima y fácil, bibliotecas, muchísimos edificios notables, buenas librerías.
"El internet mata las librerías especializadas. Esperando a que me devore, yo uso el internet como medio para atraer a los clientes hasta mi casa, ¡y también con la intención de encontrar libros para aquéllos que aún no tienen internet en casa!
De todos modos, me anima la esperanza de que este relato ligero tal vez resulte más entretenido para el lector que muchas novelas de moda reciente, en las que se emplean trescientas páginas sólo para preparar el encuentro á puerta cerrada de dos personas de distinto sexo, llegando así á la escena «culminante» de la obra, que es simplemente una escena de «libro verde», escrita con las precauciones necesarias para bordear el Código y que el volumen pueda exponerse sin peligro en los escaparates de las librerías.
Recorría las calles con el tomo en la mano, entraba en las librerías y se enteraba de cuántos ejemplares se habían vendido, iba a los cafés y leía en alta voz algunos versos dejando estupefactos a los parroquianos, y en todas partes voceando y gesticulando dilataba la fama del poeta. Tristán agradecía aquella devoción; pero no lo bastante; hay que decirlo sin ambages.
De quien me acuerdo es de Arriaza, y no porque me fuera muy simpático, pues la índole adamada y aduladora de sus versos serios y la mordacidad de sus sátiras me hacían poca gracia, sino porque siempre le vi en todas partes, en tertulias, cafés, librerías y reuniones de diversas clases. Este llegó más tarde a la tertulia.
Allí se encuentran casi todos los hoteles, las librerías, las imprentas, las fábricas y el gran movimiento del comercio y de los negocios de todo género.
Tras un estudio de mercado que demostraba que los libros eran los mejores "productos" para poner a la venta en la red, Amazon.com empezó con diez empleados y tres millones de artículos. Pero eso no fue una buena noticia para las pequeñas librerías. La librería Ulysses está situada en París, en la Isla Saint-Louis.
Ya principia a venir gente. Aquí está Quintana. También vienen Beña y D. Pablo de Xérica. Quintana saludó a mis dos amigas. Yo le había visto y oído hablar en Madrid en las tertulias de las librerías, pero sin tener hasta entonces el placer de tratar a poeta tan insigne.
De aquella fervorosa manifestación de entusiasmo democrático y tierna sensibilidad, sólo quedaban en las librerías de viejo algunos residuos acusadores. En varias de ellas solía verse todavía algún folleto abolicionista de Valle con su correspondiente negrito aherrojado en la cubierta, las manos levantadas al cielo en demanda de justicia.
Es increíble el número de imprentas y librerías que hay en esa ciudad, al servicio de todas las lenguas, de todos los espíritus, de todas las formas literarias, de todos los partidos, de todas las manifestaciones de la vida intelectual de Europa.
Palabra del Dia
Otros Mirando