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Actualizado: 5 de junio de 2025
Decíase que mis consejos y mi influencia le habían hecho entrar en esta conspiración, cuyo verdadero jefe era yo. En una palabra, se me concedían los honores de la invención. Debo confesar que las cartas escritas por mí y que obraban en poder de los jueces, constituían una prueba más que suficiente en contra mía.
19 Pues si yo echo fuera los demonios en Beelzebú, ¿vuestros hijos en quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 20 Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, cierto el Reino de Dios ha llegado a vosotros. 21 Cuando el fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. 23 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Las demás pasaron á Fez en donde recibieron todo linaje de insultos i robos por aquella bárbara canalla en todo igual, menos en religion, á los bestiales jueces del Santo Oficio.
El hijo de la víctima, atraído por los gritos de los jueces, vino á recoger el cuerpo de su padre, y sublevó inmediatamente á los Canichanas contra el gobernador, que se encerró con sus soldados en el antiguo colegio de los Jesuitas, haciendo de vez en cuando algunas descargas sobre los indígenas, cuya irritacion subiendo de grado, les arrancaba gritos de desesperacion y de venganza.
I no faltaban reos que desafiasen con valor las iras de sus jueces, i que de todo punto los despreciasen, riéndose de ellos, i mofándose de todas las ceremonias que se hacian en los autos de fe.
6 Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; para que no juzguéis en lugar de hombre, sino en lugar del SE
Todavia no se sabe el fallo de los consejeros, pero se espera que la justicia de la causa obligará á los jueces á dar una justa sentencia.
Sus protestas son acogidas con voces y sarcasmos. Los jueces se dicen: ¡qué monstruo! Los jurados piensan: ¡vaya un malvado endurecido! Los periodistas hacen á su costa frases ingeniosas y el público entero se deja llevar por ellos. He aquí un hombre cuya suerte está decidida sin apelación posible.
Desta manera fue poniendo precio a otras muchas destrozadas figuras, que después los moderaron los dos jueces árbitros, con satisfación de las partes, que llegaron a cuarenta reales y tres cuartillos; y, además desto, que luego lo desembolsó Sancho, pidió maese Pedro dos reales por el trabajo de tomar el mono.
Mas retardando Evathlo la execucion, Protágoras le movió un pleyto, y habló en su favor á los Jueces con este dilema: "Ya sea que te den, Evathlo, sentencia en favor, ya en contra, me has de pagar la deuda: porque si pierdes el pleyto, la pagarás por la sentencia: si lo ganas, la pagarás por lo tratado; pues has ofrecido pagarme el dia que defiendas un pleyto y le ganes."
Palabra del Dia
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