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Hoffmann había llegado á tiempo, en la época de la Regencia, después de la orgía de los placeres y de la orgía de los medicamentos con que se agravaba á la primera. Aquel sabio dijo: «Huíd de los médicos: sed sobrios y no bebáis más que aguaFué una reforma moral.

Las sombras de sus víctimas le siguen sin cesar y le precipitan á los mas violentos arrebatos de demencia. ¡Sangre! ¡sangre! grita á cada momento: sacadme de ese mar de sangre, esclama. Toda mi generacion está manchada con la que yo he vertido. Huid, huid de ; dejadme solo con mis espectros y mi sangre hasta que esta sangre me ahogue.

¡Oh honradas casas donde un modesto cocido y un principio final constituyen la felicidad diaria de una familia! ¡Huid del tumulto de un convite de días! ¡Sólo la costumbre de comer y servirse bien diariamente, puede evitar semejantes destrozos! ¿Hay más desgracias? ¡Santo cielo! ¡, las hay para , infeliz!

Hugo comprendió inmediatamente con quién tenía que habérselas. Soltó el brazo de la doncella y miró á uno y otro lado buscando un arma cualquiera, un palo ó una piedra; y no hallándolos, se lanzó á la carrera en dirección de la casa, á la vez que aplicaba un silbato á sus labios y lanzaba prolongado y penetrante silbido. ¡Huid, por Dios! exclamó la joven. ¡Ponéos en salvo antes que vuelva!

¡Huíd! gritaron Van-Stael, Van-Horn y los dos jóvenes, echando mano de las armas. Los chinos, al oír el clamoreo de los caníbales y al ver caer sobre ellos una lluvia de azagayas y bomerangs, comprendieron, al fin, el peligro que les amenazaba, y al punto se les disiparon los vapores de la borrachera. Por desgracia, era ya demasiado tarde para que pudieran embarcarse en las chalupas.

En aquel momento se oyó gran gritería en las calles del pueblo; hombres, mujeres y niños corrían de uno á otro lado de la calle central dando voces y se refugiaban en las casas. Al otro lado del puente y corriendo cuanto podía en dirección al castillo, apareció un hombre, que al ver á la baronesa se llegó á ella y gritó, sudoroso y jadeante: ¡Huid, señora, huid! ¡Salvadla! ¡El oso, el oso!