Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de mayo de 2025
¡Huíd! gritaron Van-Stael, Van-Horn y los dos jóvenes, echando mano de las armas. Los chinos, al oír el clamoreo de los caníbales y al ver caer sobre ellos una lluvia de azagayas y bomerangs, comprendieron, al fin, el peligro que les amenazaba, y al punto se les disiparon los vapores de la borrachera. Por desgracia, era ya demasiado tarde para que pudieran embarcarse en las chalupas.
El chino disparó la lantaca sobre los salvajes, que avanzaban amenazadoramente dando saltos por las escolleras, para ponerse a tiro de sus azagayas y bomerangs. Casi al mismo tiempo, el junco, levantado por la marea, salía de su lecho de arena dando un fuerte bandazo. ¡Pronto, el ancla! gritó Van-Stael.
Al parecer, aquellos salvajes habían abandonado por el momento la idea de apoderarse del junco, en vista de la inutilidad de sus tentativas para atravesar el ancho espacio de agua que los separaba de la playa. Habían perdido casi todos sus bomerangs, los cuales no volvían a sus manos por no encontrar un buen punto de apoyo en el agua.
Se agitaban vociferando alrededor de las escolleras; medían con sus azagayas la profundidad del agua, esperando encontrar bancos que llegaran hasta el junco, y disparaban sus bomerangs sin resultado alguno, porque aquellos proyectiles no llegaban a su destino, a causa de la distancia, que era de unos dos cables.
Palabra del Dia
Otros Mirando