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Actualizado: 22 de junio de 2025


Viajemos á capricho lejos de las matas gramíneas que se balancean á nuestro lado á la otra parte de los álamos que hacen sombra á la fuente, y de los surcos que rayan la falda de la colina; más allá todavía de las ondulaciones vaporosas de las crestas que marcan las fronteras del valle y de los blancos jirones de nubes que festonean el horizonte.

Averiguado el caso, la honestísima señora descubrió que en lo sucesivo no debia penetrar al número 100, y que tal localidad no podia servir para dormir ni hacer la toilette. Desde Mayenza hasta Bingen el aspecto del Rin no es muy interesante. Las riberas son planas, donde quiera pobladas de grupos de álamos y otros árboles, y matorrales de gramíneas, en la proximidad de las aguas.

El Escalda, corriendo por un lecho arenoso y fangoso, de bajas orillas cubiertas de juncos y otras gramíneas, experimenta la accion poderosa de las mareas, que lo hacen subir y bajar de nivel muy notablemente.

Este canton, situado sobre una colina cubierta de plantas gramineas y de tal cual boscage ralo, se compone de unas cuantas chozas puestas en hilera: sus habitantes, que son los indios quichuas, alcanzan apénas al número de ciento sesenta y cinco. Esta pequeña poblacion disfruta, en medio del pais mas fértil del mundo, de un temperamento húmedo y abrigado, muy agradable por lo tanto.

Por todas partes se extendía una tierra ondulante de lomos anchos redondeados y vestidos de verde por el trigo y la cebada nacientes. D. Pantaleón, saliendo al fin de su mutismo, hizo en voz alta la observación de que «las gramíneas estaban muy hermosas,» a lo cual respondió su compañero que «era la época del crecimiento de las monocotiledóneas

Los últimos fuegos del moribundo sol fulguraban en la tranquila ciudad, en los azulejos de las cúpulas, y de los campanarios, y espejeaban en las vidrieras, y prestaban brillos argentados al Pedregoso. Las aves volvían raudas a sus nidos, millares de pajarillos cantaban en los matorrales de la colina, y el viento susurraba en las gramíneas.

El rio, como si quisiese cerrarle el paso á la invasion del mundo comercial hácia el corazon de la Europa, se divide, abajo de Basilea, en innumerables brazos, casi todos de muy difícil navegacion, que se juntan, se bifurcan y entrecruzan, formando un inmenso laberinto de islotes, unos desiertos y apénas medio asomando como playas, otros mas determinados y cubiertos de gramíneas, otros pantanosos y dislocados, y otros en fin revestidos de caprichosos bosquecillos de sauces que inclinan su pálido y triste follaje sobre las ondas lentas y vagarosas del rio, salpicadas de estacadas que indican los altos y bajos del lecho para mostrarle al navegante la vía que debe seguir.

A nueve ó diez kilómetros de Honda desemboca, sobre la izquierda, un pequeño y clarísimo rio, el Guarínó, despues de haber fecundado la mas preciosa llanura que puede imaginarse, pampa feraz, de variadas gramíneas y cubierta de inmensos bosques de palmeras de todas clases y de gigantescos caracolíes, á cuya sombra se pasean en numerosas tribus los zainos y tapiros, perseguidos por el terrible jaguar, mientras que en las altas almenas de los árboles forman innumerables pájaros sus conciertos aéreos y siempre sorprendentes.

Honda, con sus escombros sublimes, quebrantados sepulcros de una antigua opulencia, sus saltadores y ruidosos rios, espumantes como cataratas, sus altas palmeras entretejidas en flotantes pabellones, sus siempre verdes y suntuosas arboledas que bañan en las ondas la crespa y abundante melena, sus cerros escarpados y en anfiteatros, de eterna soledad, y sus llanuras de esmeralda cuyas altas gramíneas sacuden en el estío los recios huracanes; Honda, la reina destronada, sombra de su lejano esplendor; se presentaba á mis ojos con su manto azul y sus ruinas cubiertas de parásitas, mas triste y mas hermosa que nunca.

Aunque en una y otra márgen del rio se observa la misma fecundidad en la tierra, el mismo lujo en la vegetacion, abundancia de ganados que bajan de las llanuras vecinas, riqueza de formas en los sauces y las altas gramíneas, etc., etc., la orilla izquierda, mas cultivada y poblada, llama de preferencia la atencion del viajero.

Palabra del Dia

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