Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de mayo de 2025
TERPSY. ¡Ahí tiene usted a los hombres...! Se preocupan de nuestra fidelidad aun después que ellos fueron los causantes de nuestra caída... Un día, o, mejor dicho, una mañana, había venido conmigo un viejo cómico, que tuvo antaño talento, un tal La Tharillière... GILBERTO. ¡Sí...! ¡Lo recuerdo...! TERPSY. Como no tenía ganas de... reír, nos pusimos a charlar.
TERPSY. ¡Desde hace cinco años...! ¡Apechugué yo sola con el negocio...! Y te aseguro que, si tengo buenas piernas, tampoco tengo mala cabeza... ¿Sabes cuánto gano ahora por año...? ¡Doscientos mil francos...! Voy a ampliar el negocio y a tomar un hotel... ¡Y te aseguro que haré una propaganda monstruosa! GILBERTO. Y... ¿cómo aprendiste los preceptos de tu arte...?
Sí, Gilberto, le amo balbució, bajando los ojos modestamente. Es al único hombre que he amado en toda mi vida. Entonces la estreché contra mi pecho, y en esos momentos de éxtasis le repetí a mi amada la vieja historia de amor tantas veces referida, y que todo hombre en el mundo repite a la elegida de su corazón, a la mujer ante quien se postra en adoración. ¿Y qué más necesito decir?
TERPSY. ¿Yo...? ¡Yo no aprendí nada...! Entre La Tharillière y yo inventamos todo esto. Compramos cuatro grabados antiguos, y ¡cuánto nos divertimos confeccionando las danzas arcaicas...! ¡Pobre viejo...! GILBERTO. Entonces, ¿me echas...? TERPSY. ¡Quia...! Estoy encantada de tenerte y te guardo conmigo. ¡Te hago un contrato...!
Presa del mayor terror, don Fabricio huyó, llamando en alta voz al mayordomo y otros sirvientes; pero nadie acudía en su auxilio, y recorrió las galerías dando voces que retumbaban en las bóvedas de la señorial mansión. ¡Antonio, Bernardo, Julio, Gilberto! gritaba, pero nadie quería contestar, y con verdadero pavor bajó, puede decirse que rodó, la escalera, y corrió a llamar al conserje.
Palabra del Dia
Otros Mirando