Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de junio de 2025
La condesa Ninfa, enemiga primero de los hombres, es deshonrada después por el conde de Calabria; se hace salteadora de caminos y comete innumerables crímenes, hasta que, hallándose en peligro de muerte, se le presenta un ángel que le enseña el camino de la virtud, se arrepiente de sus delitos y los expía en un bosque solitario, en donde muere á mano de la duquesa de Calabria, que la atraviesa con un venablo, tomándola por una bestia salvaje.
7 Y protestarán, y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo vieron. 8 Expía a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh SE
Tampoco hablaré de expiación; esta es una palabra demasiado pomposa, detrás de la cual no se oculta ordinariamente sino una miserable mentira, una vana ilusión. ¿Cómo borrar la mancha que me ha mancillado? Se expía una falta trágica, se expía hasta un gran crimen; pero una infamia como la que yo he cometido, es un borrón del cual el alma no puede lavarse.
Esperó un momento la vizcondesa, y viendo siempre a aquel impasible y mudo: Señor Fabrice le dijo estrechando las manos del artista , ¿me dejará usted partir sin concederme una frase de esperanza?... Ya su honor está a salvo... ¡Tenga usted piedad de su hija!... ¡Tenga piedad también de la pobre culpable!... ¡Ha sufrido y sufre tanto!... ¡Ha expiado y expía con tanta usura su pecado!... ¡Y si aun me atreviera a añadirle algo!...
Expía el gran crimen que se llama juventud. Estar de pie ahí, ante la tumba abierta todavía de un viejo camarada, es horrible, señores, les aseguro... simplemente horrible. Los pies se hunden en la tierra recién removida, uno se retuerce el bigote con expresión idiota y al mismo tiempo, querría aullar de pena.
Esto es imposible; pero lo que no es imposible es la igualdad ante la ley. Nueva retirada, nueva trinchera; vamos allá. La ley dice: el que contravenga sufrirá la multa de mil reales, y en caso de insolvencia diez dias de cárcel. El rico paga los mil reales, y se rie de su fechoria; el pobre que no tiene un maravedí, expia su falta de rejas adentro. ¿Dónde está la igualdad ante la ley?
El amor, que pasa una sola vez en la vida coronada de flores con su cortejo de besos y risas. Quien le sigue obediente, encuentra la felicidad al fin de la dulce carrera. El que por orgullo o egoísmo se queda al borde del camino, ese llora su torpeza, la expía con una existencia de tedio y dolor.
Por el contrario, es preciso que cuide usted de salir alguna vez durante nuestra ausencia, para que todo el mundo sepa que está en París. ¡Todo el mundo! ¿Quién tiene interés en vigilarme y en temerles á ustedes? El ó los cómplices, ó los culpables mismos, en cuyo lugar sufre y expía Jacobo... Si los ponemos en guardia pueden escaparse.
Palabra del Dia
Otros Mirando