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Actualizado: 5 de septiembre de 2025


Á fin de poder apreciar la importancia de este órden de cosas, he tenido que adquirir algunas noticias sobre la Estadística de Inglaterra, y me parece que mis lectores no llevarán á mal el tener idea de estos verdaderos prodigios europeos.

La leyenda dice que los grandes jefes indios, después de la batalla suprema en que caía la tribu entera, se echaban en sus canoas que abandonaban al rápido correr del río, y, fijos los ojos en el sol, desaparecían en el abismo. ¡Los primeros europeos que hayan contemplado ese cuadro necesitan haber tenido el corazón de acero para no caer fulminados por la violencia de la impresión!

El teatro español, al contrario, florece más de un siglo, brillando purísima la poesía popular; se reviste de las formas más caprichosas y variadas, y corre mansa y suavemente, impulsado por la fuerza, que da vida á las naciones modernas en lo más íntimo de su ser, hasta la época, en que apenas existe la poesía en las literaturas de los demás pueblos europeos.

He aquí cuál era la disposición del teatro, pudiendo afirmarse que esta descripción así cuadra á los franceses como á todos los demás europeos de la misma época, ó por lo menos, ateniéndonos á testimonios fidedignos, á los de Inglaterra y Alemania . La escena se dividía en tres partes: en lo más alto del fondo había un tablado, que representaba el Cielo y el Paraíso, y en él se sentaba Dios y se colocaba el trono de la Santísima Trinidad, rodeado de ángeles y santos.

Puede decirse que desde muchos siglos antes de que los navegantes europeos conocieran la existencia de la Australia, iban barcos chinos a las playas septentrionales de ese continente y a las costas de la Nueva Guinea a pescar ese extraño molusco. Impórtasele en enormes cantidades en el Celeste Imperio; pero aún son pequeñas para satisfacer la demanda: tanta es la afición que le tienen los chinos.

Inútil de refutar ciertos inconvenientes de algunos lindos escritores, sobre las pieles más ó menos morenas, y los rostros más ó menos narigudos. En cuestión de estética, cada raza tiene la suya la China, por ejemplo, que tiene 414 millones de habitantes y cuenta con una civilización muy antigua, encuentra feos á todos los europeos á quienes llama Fan-Kwai, ó sea diablos rojos.

Detrás de él dos jóvenes de diez y seis y veinte años, respectivamente, de piel blanca como la de los europeos, pero no atezada como la que suele distinguir a la gente de mar, parecían esperar con cierta ansiedad el resultado de la minuciosa observación que estaba practicando el del anteojo. ¿Ves algo? le preguntó al poco rato el más joven de ellos.

Pasaban ya de 4,000 los amotinados, crecia el peligro de los europeos, encerrados en la casa de Endeiza, y se aguardaba por instantes fuesen víctima del populacho.

Pero, ¿qué han de consumir 600.000 gauchos, pobres, sin industria, como sin necesidades, bajo un Gobierno que, extinguiendo las costumbres y gustos europeos, disminuye necesariamente el consumo de productos europeos? ¿Habremos de creer que la Inglaterra desconoce hasta este punto sus intereses en América? ¿Ha querido poner su mano poderosa para que no se levante en el sur de la América un Estado como el que ella engendró en el norte? ¡Qué ilusión!

¿No es muy interesante el espectáculo de un pequeño pueblo que, favorecido por su libertad, se ha hecho el órgano comun de publicidad de todos los pueblos europeos? Por desgracia este saludable ejemplo es muy poco imitado por naciones que se jactan de ser superiores á Bélgica.

Palabra del Dia

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