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Actualizado: 16 de junio de 2025


Pero este alguien, este nuevo Prior, no era un anciano irresoluto y fatigado por la edad, ni menos un blandengue, ni tampoco un devoto contemplativo y extático, siempre con la imaginación en las esferas celestiales.

El aplauso y protección de las esferas oficiales ya hemos visto también que buscó de preferencia otras frentes para colocar en ellas sus coronas. El poeta habrá conocido en la última época de su vida la amarga sensación de sobrevivirse, de quedar rezagado en la marcha del gusto público de su tiempo.

Obra titánica, por la enorme tensión de voluntad que representa y por sus triunfos inauditos en todas las esferas del engrandecimiento material, es indudable que aquella civilización produce en su conjunto una singular impresión de insuficiencia y de vacío.

Pero Ana se iba al cielo: Ana, que jamás hubiera puesto a aquel turbulento mancebo de señor de su alma apacible, como un palacio de nácar; pero que, por esa fatal perversión que atrae a los espíritus desemejantes, no había visto sin un doloroso interés y una turbación primaveral, aquella rica hermosura de hombre, airosa y firme, puesta por la naturaleza como vestidura a un alma escasa, tal como suelen algunos cantantes transportar a inefables deliquios y etéreas esferas a sus oyentes, con la expresión en notas querellosas y cristalinas, blancas como las palomas o agudas como puñales, de pasiones que sus espíritus burdos son incapaces de entender ni de sentir. ¿Quién no ha visto romper en actos y palabras brutales contra su delicada mujer a un tenor que acababa de cantar, con sobrehumano poder, el «Spirto Gentil» de la Favorita?

Y si los compromisos y exigencias de la política de baja esfera que hoy predomina en nuestro país, encontraron en el Archipiélago filipino ancho campo donde cebar su apetito por medio de empleos perfectamente inútiles en un territorio aún no dominado, en las esferas gubernamentales debe procurarse dotar á aquel Ejército del número de Generales, Jefes y Oficiales que fueren necesarios para la movilización de fuerzas capaces de hacer frente á las eventualidades que en el exterior pueden presentarse, y que en el interior terminen de una vez la unidad de dominio, con tanta gloria allí iniciada por nuestros antepasados.

Hasta se ha establecido una oposición imaginaria, absurda, entre el pretendido materialismo antiguo y los artistas cristianos del Renacimiento; y éstos se arrodillaron, sin embargo, ante el divino arte pagano, y los más grandes aspiraron, de la noción helénica, la divina placidez que había de irradiar en sus Vírgenes y en sus ángeles de amor; pero abrumados por la oscuridad de los siglos anteriores, hicieron el milagro sin llegar nunca a la suprema delicadeza que es el triunfo del arte antiguo y que lo pone en armonía con el movimiento de las esferas.

Este corazón latía y hablaba. ¿Qué importa todo? ¿Qué vale cuanto existe en el mundo? Riqueza y miseria, grandezas y humillaciones, desgracia o ventura todo cambia, todo se hunde al fin en los abismos de la noche eterna... ¿También se hundirá el amor? ¿Nada quedará de esta emoción incomprensible que parece transformarnos por momentos, arrebatarnos de la tierra a otras esferas más altas?

Es sorprendente el estruendo que se percibe por donde quiera que se va, trabajo prodigioso que en todas partes se revuelve y se agita, creacion incesante que se desarrolla en tantas esferas, para dejarse luego ver bajo formas tan gigantescas y variadas. ¿Cómo no? Es un coloso el que se mueve: cada movimiento no puede menos de presentar una faz del coloso.

Luego, con movimiento rápido, el loco separó los obstáculos de la entrada; el aire glacial penetró por la bóveda y los vapores se esparcieron en el cielo inmenso, retorciéndose y escapándose por encima de la peña, como si los muertos de aquel día y los de los pasados siglos hubiesen vuelto a comenzar en otras esferas el combate eterno.

Ese tiempo infinito al través del cual existe la materia revistiendo formas infinitas; ese espacio infinito también que llenáis, esferas luminosas, no existen más que en mi representación; son las formas que yo llevo aparejadas en mi cerebro para que seáis, o lo que es igual, para que estéis representadas en ...

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