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Actualizado: 20 de junio de 2025
Así, pues, se pliegan á todo, prometen amistad, alianza; pero, al cabo de algunos días, huyen, desaparecen, ¿Qué sentimientos les animan respecto á los exploradores? No es difícil adivinarlo. En su camino irán diciendo á las tribus errantes cuánto hay que desconfiar del hombre blanco. De esta manera se cierran las puertas del mundo. Lo que sigue es bien lúgubre.
Y esto explica, por cierto, sus misteriosas ausencias observé yo, recordando que sus movimientos habían sido con frecuencia muy errantes, de modo que hasta Mabel había ignorado su dirección.
También varía de manera análoga el color de las estrellas errantes y de los bólidos. Dado cierto número de estrellas errantes observadas, dos terceras partes próximamente eran blancas, mientras que el amarillo, el amarillo rojizo y el verde caracterizaban á la otra tercera parte.
No me creo el único. Los periodistas errantes y los cómicos somos la última y miserable prolongación de la España conquistadora. Vamos y venimos desde el estrecho de Magallanes á la frontera de California, pasando á través de diez y ocho naciones que hablan nuestra lengua, conociendo en unas partes la riqueza y en otras el hambre; aquí, el aplauso y la admiración; más allá, el insulto y la fuga.
Y esta fuga había sido á través de la Naturaleza en fiesta, en el más opulento de los meses, cuando la tierra estaba erizada de espigas, cuando el cielo de Agosto era más luminoso y los pájaros saludaban con su regocijo vocinglero la opulencia de la cosecha. Revivía la visión del inmenso crimen en aquel circo repleto de muchedumbres errantes.
Lo mismo que á nosotros nos encanta el relato de la vida salvaje en la selva virgen, lo mismo sentirán ellos el encanto cuando se les hable del libre arroyo, donde multitud de peces errantes remaban contra la corriente, retozones y alegres, con sus aletas y cola, ó del pez solitario que atravesaba la corriente como un rayo de luz apenas entrevisto, ó bien de las hierbas flotantes estremecidas constantemente por las ocultas multitudes que las poblaban.
Estos, errantes en las ásperas selvas y en el rudo clima de los países del Norte, decayeron de su ilustre origen y olvidaron la primitiva cultura de los arios del Paropamiso de donde proceden, y sólo recientemente se han civilizado, aprovechándose de los estudios y progresos de los hombres del Mediodía.
Hubiera preferido para aquella empresa un cielo en que sólo brillasen las constelaciones hablando al espíritu de los muertos tutelares, del amor, del glorioso destino. La luna era trágica, espectral, agorera. Su resplandor hacía pensar en mortajas errantes, en animales endemoniados, en fantasmas de monjes que celebraban los oficios entre las ruinas de los conventos demolidos.
Varones cristianos arrastrados a la guerra por sus trampas; los míseros terrenos de su señorío empeñados en manos del israelita; y con ellos un tropel de jinetes con cascos alados y cimeras espantables de dragón; aventureros que hablaban diversas lenguas, soldados errantes en busca de la rapiña y el saqueo bajo la cruz; «lo peor de cada casa», que apoderándose del inmenso jardín, se instalaban en los palacios, y se convertían en condes y marqueses para guardar con sus espadas al rey aragonés aquella tierra privilegiada que los vencidos seguirían fecundando con su sudor.
¿Y la razón que tenía su papá para estos constantes viajes errantes era identificar dicho paraje? exclamé, contento de haber aclarado al fin un punto, que, durante cinco años o más, había sido un verdadero misterio. Sí.
Palabra del Dia
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