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Actualizado: 16 de junio de 2025


Me costó gran trabajo apaciguar la cólera de Latour y hacerle comprender que era imposible que sus sospechas fuesen fundadas, por lo que salió más extrañado de mi incredulidad que convencido de mis razones. Me estaba reservado para hoy sostener una discusión más difícil, discusión para la cual, por lo que te vengo escribiendo desde hace algunos días, estarías seguramente más preparado que yo.

Mas esta desigualdad no implica diferencia de valer, ni presupone inferioridad mucho menos. La diferencia está en las condiciones y calidades: en algo que se siente de un modo confuso y que es difícil de determinar y de expresar. Pero la diferencia existe, y, aunque no sea más que por esta diferencia, deben escribir las mujeres.

Le Tas le dijo: Si no me equivoco, y me parece que no, usted es un excelente hombre, como yo soy una buena muchacha. ¿Por qué no intenta usted colocarse en una buena casa, puesto que ya ha servido? Yo estoy en París, en casa de una señora sola que me trata muy bien; y no me sería difícil encontrarle algo por el estilo.

La lentitud de la duquesa consistía, no en que la fuese difícil escribir, sino en que pensaba más que escribía. Ni un sólo momento durante la conversación con la condesa de Lemos, había olvidado la posición difícil en que se encontraba, esto es: su posición de camarera mayor de una reina que se había perdido en su recámara, mientras ella hacía su servicio en la cámara.

Siendo tan diversas las obras de Lope, es difícil decir algo general sobre la composición, y sobre la traza y desenvolvimiento del plan de sus comedias.

Pero como es difícil mantenerse siempre en un justo medio inofensivo, y más poseyendo el carácter fanfarrón de nuestro majo, sucedió que otra noche, sin darse cuenta, se le fué la lengua y soltó una impertinencia. Soledad esta vez no se contentó con mirarle, sino que exclamó con acento amenazador: ¡Cuidado! Volvió á echarlo á broma Velázquez, y le dijo algunas frases cariñosas para desagraviarla.

Examinando atentamente y con algo de mala intención las obras de nuestros novelistas, no es difícil sorprender en ellas inseguridades de desarrollo, titubeos y frivolidades de concepto, que atestiguan cuán menguado ó somero es el lastre científico de sus autores. ¿Y cómo no, cuando para muchos de ellos, todo, en literatura, es cuestión de forma?...

Casó además con caballeros de su clase, que todos eran Condes, y el que menos tenía dieciséis cuarteles, a cuatro de sus hijas, condesas también desde su nacimiento. Conseguido tan difícil triunfo, la Condesa viuda vivía tranquila y retirada en el castillo o mansión señorial que le había dejado en usufructo y de por vida su difunto esposo.

En las poesías escritas en lengua arábiga por españoles y en España, aunque durante la dominación muslímica, no hallo difícil percibir, á través de la forma clásica tomada de la antigua poesía del Yemen y de la imitación de los verdaderos poetas árabes más famosos y celebrados, algo, y no poco, en el sentir y en el pensar, nacido en corazones y espíritus españoles, y que casi de seguro no hubiera nacido jamás en el alma de un moro de Africa ó de un beduino de Arabia.

Si los recuerdos del autor del primero tienen el valor que los de su libro, no me extrañaría se le olvidara hasta el saber escribir, lo que es difícil, pues literariamente hablando el libro es bueno.

Palabra del Dia

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