Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de julio de 2025
Muerto de susto L'Ambert, envió a buscar en seguida al doctor Bernier. Este acudió a toda prisa; diagnosticó una ligera inflamación y prescribió unas compresas de agua helada. Sin embargo, la nariz no tuvo alivio, a pesar de la refrigeración, y el doctor no salía de su asombro al ver la persistencia del mal.
Se llamó a un médico, pero no pudo emitir ningún diagnóstico sobre la enfermedad, contentándose con decir que el paciente tenía gravemente afectado el corazón, y que, en vista de eso, el desenlace sería fatal y rápido.
Damos á este medicamento una accion fundamental análoga á la de la plata metálica. Hay caractéres comunes á los dos, pero al indicarlos, establecerémos un diagnóstico diferencial.
Trousseau establece medicaciones que su carácter de generalidad las hace infecundas, en lugar de atenerse á determinar la especialidad de accion de cada medicamento en sus relaciones con las particularidades de cada enfermedad. ¡Ah! ¿cómo es posible concebir una doctrina que no dé al diagnóstico del medicamento la misma importancia que al diagnóstico de la enfermedad?
Uno de sus admiradores, antiguo juez aficionado á las disquisiciones filosóficas, había hecho su diagnóstico. Tiene la enfermedad de muchos grandes hombres. Su peor enemigo es «la loca de la casa». Este era el apodo que el filósofo Malebranche había dado á la imaginación.
Hé aquí algunos datos sobre las fiebres reumáticas en el primer período, cuando el acónito puede disputar la indicacion á otros medicamentos. Desde los primeros síntomas de la invasion, cuando el diagnóstico está aun indeciso, el acónito está indicado.
Estaba mucho más anheloso que por la noche, más azulado de color, más vidrioso de mirada, y, sobre todo, muy atormentado por la tos y muy inquieto en la cama. Miré a Neluco, que le estaba pulsando, y leí en su cara sombría la confirmación de mi diagnóstico. De pronto, nos dijo él con voz tenue y silabeando casi las palabras por no alcanzar a más sus alientos: Hoy no me gusto pizca, muchachos.
Sacó Fortunata de aquel desvanecimiento una convicción que se afianzaba en su alma como las ideas primarias, la convicción de que se iba a morir aquella mañana. Sentía la herida allá dentro, sin saber dónde, herida o descomposición irremediables, que la conciencia fisiológica revelaba con diagnóstico infalible, semejante a inspiración o numen profético.
Palabra del Dia
Otros Mirando