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En aquellos días, para nosotros inolvidables, en que registrábamos á nuestro sabor los numerosos legajos de este Archivo general de Protocolos, ocupación gratísima, de la cual nos hemos visto privados por la suprema voluntad del actual Notario Archivista Don Antonio Lemus y Malo de Molina, que lo estima como propiedad particular suya y no permite efectuar en él investigaciones de interés histórico: ¡cuantas curiosísimas escrituras pasaron ante nuestra vista, demostrativas del espíritu, de las tendencias, de las preocupaciones de los hombres de antaño!

Todos los autores que han escrito la historia de las bellas artes en España cuentan que, habiéndose intentado cobrar tributo de alcabala a los pintores, éstos, representados por Ángelo Nardi y Vicente Carducho, litigaron en demanda de que la pintura fuese exenta y considerada como arte liberal. Las declaraciones hechas en aquella ocasión por varones eminentes son curiosísimas.

Figúrate, que con ser tan joven, ha tenido ya tiempo para viajar por toda el Asia y parte de América. Sus conocimientos son inmensos; las noticias que da de los muchos y diversos pueblos que ha visto, curiosísimas.

Salpicado el relato de anécdotas curiosísimas, constituye esta obra perfecta un verdadero tesoro del arte de Talía. Un tomo de 288 páginas con 13 buenos retratos de actores y actrices: 2 pesetas. MARCEL PR

Por ser sus palabras curiosisimas, las pongo aquí, trasladadas de la lengua latina en que fueron escritas. «Por tanto no dejaré de notar que si alguno probare descender de los hebreos que de ningun modo dieron su consentimiento para la muerte de Cristo, y constare que la contradijo, y que despues de publicada la ley de Gracia no cayó otra vez en el judaismo, podria ser admitido en las órdenes y dignidades eclesiásticas; y no solo en las religiones, sino en las militares: en las cuales por estatutos, está prohibida la entrada á cuantos descienden de linajes de judíos

De lo que vio y observó en la China, bien pudiéramos poner aquí bastante, ya que en los archivos de Sevilla, privados y públicos, se conservan curiosísimas notas de Morsamor y de Tiburcio. Pero nosotros juzgamos conveniente pasar por alto todo esto.

Y ahora os he de hablar de cómo la guerra, que parecía próxima a concluir, se trabó de nuevo con más fuerza; he de hablaros de aquel infeliz y bondadoso rey José, y de su Corte, y de su hermano, y del paso de Somosierra con la famosa carga de los lanceros polacos, y del sitio de Madrid, y de otras muchas curiosísimas cosas; pero todo se ha de quedar para el libro siguiente, donde estos históricos sucesos han de tener feliz consorcio con los no menos dramáticos de mi vida, y todo lo mucho y bueno que ocurrió en el matrimonio de Inés.

En el prólogo de un antiquisimo códice de las Tablas Alfonsinas se leen estas curiosisimas palabras: «Mandó el Rei se juntasen Aben Rajel i Alquibicio, sus maestros de Toledo: Aben Musio i Mahomat de Sevilla, i Josef Aben Ali i Jacobo Abvena de Córdoba i otros mas de cincuenta que trajo de Gascuña i de París, con grandes salarios, i mandóles traducir el Quadripartito de Ptolomeo, i juntar libros de Mentesam i Algazel.

Retrocedió con espanto al interior de su celda; sacó precipitadamente cartas y papeles, encendió lumbre, y en poco más tiempo del necesario para contarlo, hizo un auto de fe que redujo a cenizas preciosos documentos, cartas elocuentes fechadas en el Carrascal, en la Amezcua, en la Borunda y en los Alduides, curiosísimas notas y apuntes.

En nuestro país la religión toma formas curiosísimas; se infiltra por todos los rincones de la vida social: en la escuela, en el hogar, en el gobierno, en la administración, en la ley. Y atisba con ojo avizor el momento propicio para reconquistar la posición perdida.