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Actualizado: 2 de mayo de 2025
No tenemos su bandera, señor: desolado, completamente desolado... Yo le prometo que en el próximo viaje cuidaré de tenerla... Por el momento, si el señor quiere, hágame el honor de contentarse con esta otra... Al fin todos vamos a Buenos Aires.
En los pueblos se habla mal del médico, del boticario, del cura, del alcalde; pero ellos, los vetustenses, los de la capital ¿cómo han de contentarse con tan miserable comidilla?». ¡Civis romanus sum! decía Mourelo: «Quiero murmuración digna de mí. Aplastemos, con la lengua, al coloso, no al médico de Termasaltas por ejemplo».
Mesía esperaba la presencia de Ana y así podía resistir la conversación de su amigo, pero muchas veces la Regenta no parecía por el gabinete de su marido, y el galán tenía que contentarse con el bock de cerveza y el teatro de Calderón y Lope. Pero ya estaba en casa. Poco a poco fue atreviéndose a ir a cualquier hora y Ana, sin sentirlo, se lo encontró a su lado como un objeto familiar.
Además, que «obras son amores». Tal vez la que más envidiaba a la de Valcárcel era la mujer del americano Sariegos, el más rico de la provincia, que podría aturdir a todos los Valcárcel del mundo envolviéndolos en papel del Estado y en acciones del Banco y otras mil grandezas; pero Sariegos no permitía tales despilfarros, que en él no lo serían, y su señora tenía que contentarse con un lujo muy mediano.
Así, volviendo a lo que te decía durante la comida, tuve un gran pesar la primera vez que comprobé la poca afición de Jaime a nuestra industria. ¡Ah! ¡no tiene ese fuego sagrado! ¡Tener en sus manos un negocio como éste, que da, en bueno o mal año, unos treinta mil pesos de beneficio neto, y desecharlo para contentarse con ser el hijo de su papá!... ¡En fin!
No basta que la religión esté en los labios, no basta que se respete a la Iglesia y hasta se la proteja; en la política y en el trato social es necesario contentarse con eso muchas veces, en los tiempos tristes que alcanzamos, pero eso es otra cosa.
Su espíritu era, sin embargo, demasiado sólido y enérgico para contentarse con seguir el impulso de esas impresiones, y dejarse arrastrar por su corriente; hubo de reflexionar sobre la senda que debiera seguir, y proponerse, no sólo conquistar en la dramática un puesto distinguido y propio, sino también llevarla, en lo posible, á su término y á su perfección.
Sea este el primero, pues cuando los grandes no acometen las empresas preciso es contentarse con la labor de los pequeños. Otra consideración me ha movido a componerlo.
Palabra del Dia
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