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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Y marchando á colocarse de nuevo á su sitio añadió resoplando como un buey: Era un mozaco de Rivota. ¡Puño, qué bofetón le di! ¡Pensé que me quedaba la mano allá! Todos le miran con sorpresa y admiran su valor intrépido y la fuerza incontrastable de sus manos.
Se enracimaban las mujeres junto a los grandes círculos de cristales, y como no faltaban agujeros, las que podían colocarse en la delantera, aunque fuera repartiendo codazos, gozaban de aquel pomposo acto de humildad regia que cada cual interpretará como quiera.
Antes que Dios criase el mundo, el espacio existia. No es posible concebir que los cuerpos existan, sin espacio en que se extiendan. Antes de que existan, concebimos esa capacidad en que pueden colocarse: luego el espacio es eterno. No hay movimiento sin espacio; y en el primer instante de ser criados los cuerpos, se pudieron mover y se movieron.
Parecían inmóviles sobre el vapor, que marchaba y marchaba con el jadeante ímpetu de sus pulmones de acero, y cuando quedaban atrás bastábales un par de aletazos para volver a colocarse verticalmente sobre él.
Un revólver bien á la vista de todos, sobre el chaleco, era la única insignia de su autoridad. Se desprendió el español de la mejor silla de su establecimiento, guardada detrás del mostrador para las visitas extraordinarias, y el comisario fué á colocarse junto á Manos Duras.
Educolo el prestidigitador De-Hinchú, pasando los siete primeros años de su vida saliendo de cestos, cayéndose de sombreros, subiendo por escalas y dislocando sus tiernos miembros a fuerza de colocarse en violentas actitudes.
De ahí la extraña monotonía del espectáculo. Aunque ninguno se rinde, de tiempo en tiempo un hombre ó una mujer sale del circulo de espectadores, le quita las velas á uno de los danzantes, le reemplaza sin ceremonia, y el que deja el puesto va á colocarse en la gran rueda, impasible como un tronco, sin revelar cansancio, ni placer, ni pena, ni zelos, ni amor, ni emocion alguna.
Pero tenían aspecto de preocupados; pensaban en otras cosas; aguzaban el oído para no sufrir las consecuencias de un retraso fatal: repetían mentalmente lo mismo: «Uno, dos, tres...». Fue a colocarse Maltrana al margen de la línea de fuego, entre los dos combatientes algo más cerca del alemán, que era el que ocupaba el lugar alto.
Esto parece hallarse en contradiccion con nuestras ideas mas comunes; pues por lo mismo que concebimos una cosa extensa, concebimos tambien la necesidad de un lugar igual á ella, en que pueda caber y situarse. Esta dificultad, á primera vista muy grave, se desvanece muy fácilmente, negando que toda cosa extensa necesite un lugar distinto de ella en que colocarse. ¿Qué es este lugar?
El terranova vino á colocarse al lado de su ama, y la miró estremeciéndose de impaciencia. La joven entonces, habiendo envuelto en su pañuelo algunos guijarros, lo lanzó á la corriente un poco más arriba de la catarata.
Palabra del Dia
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