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Actualizado: 26 de junio de 2025
Dió el rey un abrazo á este buen baylarin, y le nombró su tesorero: todos los demas fuéron justamente castigados y multados, porque miéntras que habian estado en la galería, habia llenado cada uno sus bolsillos, y apénas podia dar paso.
Como los más de los curas están persuadidos de que les toca de derecho el celar y corregir los pecados públicos de incontinencia, practican algunas averiguaciones sobre ello, en las que los acusados suelen negar, y cuando llega el caso de confesarse callan sus pecados, porque antes los han negado, sin distinguir que aquél es otro tribunal, y que por lo que allí confesaren no han de ser castigados.
Lo que os decimos es, que aunque hagais la vida de San Agustin, no os ha de aprovechar, salvo para con Dios, porque para el Pueblo, si dixeren de vosotros, aveis de ser castigados, vuestras haziendas vendidas, y vuestros hijos infamados, y nunca faltarán dos testimonios falsos para os punir; y vuestros esclavos á fin de verse libres dirán lo que nunca fué.
9 los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia, 1 Os rogamos, hermanos, en cuanto a la venida del Señor nuestro, Jesús, el Cristo, y nuestro recogimiento a él, 2 que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como si el día del Señor estuviera cerca.
La corrupción e inmoralidad del clero en aquellos días fue aún mayor que su ignorancia: las Cartas y los Avisos de Pellicer, de Barrionuevo y de otros curiosos, a quienes se puede considerar como predecesores del noticierismo moderno, hacen mención de multitud de clérigos presos y castigados, no sólo por robos, homicidios y asesinatos, sino por ser actores de pecados nefandos.
Los indios le profesan un respeto servil; así es que cuando le ven venir, se sacan el sombrero desde muy léjos, y cruzan los brazos sobre el pecho: á no hacerlo así tal vez serian castigados severamente como ha sucedido muchas veces.
5 como también el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también tomando letras a los hermanos, iba a Damasco para traer presos a Jerusalén aun a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados. 6 Mas aconteció que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo;
Palabra del Dia
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