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Actualizado: 25 de julio de 2025
No hay constancia del número de cada una, mas sí de que de todas ellas iban provistos los tripulantes de las naves de Colón, y no habían de carecer de la garantía que por entonces constituían, los caballeros y escuderos de la expedición. Los trajes están bosquejados en dos acuarelas, obra del Sr.
Considerábase como si hubiera estado durmiendo hasta el momento en que su destino le puso delante la mujer aquella y el problema de la redención. «Cuando yo era tonto decía sin ocultarse a sí mismo el desprecio con que se miraba en aquella época que bien podría llamarse antediluviana , cuando yo era tonto, éralo por carecer de un objeto en la vida.
Si nuestros cañones llegaban a carecer de pólvora, si en sus almas de bronce se extinguía aquella indignación artificial, cuyo resoplido conmueve y trastorna el aire, estremece el suelo y arrasa cuanto encuentra por delante, bien pronto serían tomados por los valientes marinos, y les aguardaba el morir inutilizados por el denigrante clavo, fruslería que destruye un gigante, alfiler que mata a Aquiles.
En el bando de 20 de Octubre de 1770, se volvió con más energía á encarecer la necesidad del alumbrado, por el Asistente D. Pablo de Olavide, añadiendo esto, que da idea de cómo andaba la seguridad pública por las noches en las calles de Sevilla: «Habiendo acreditado la experiencia no se había podido evitar que en horas extraordinarias transiten personas sospechosas, pues en fraude de ellas se ha verificado encontrarse sujetos de esta clase después de las doce de la noche, con la cautela de llevar luz é ir separados para que no se les pudiese detener por las rondas: considerando su señoría que en semejantes horas nadie sin motivo urgente debe estar fuera de sus casas y que el mero hecho de carecer de esta legítima causa le constituye en sospecha», se ordenaba que fueran detenidos cuantos vecinos fuesen encontrados, como medida más expedita.
Para tomarse una ración de calamares pasadas las doce de la noche, hacía falta un ánimo sereno, a más de un estómago excelente, y aunque algunos fisiólogos sostienen que estas dos cosas van juntas y que el valor se deriva del buen funcionamiento gástrico, yo sé de muchísimas personas que se han acostado con hambre en Madrid, no por carecer de dinero, sino por carecer de arrojo.
Siempre que comparo la casa destrozada, pero sana y bien orientada, situada en un valle ameno como los de Suiza, donde pasé los primeros años de mi casamiento, con esas casas ennegrecidas por el humo, con esas chozas cubiertas de heno y retama, siempre que veo esas mujeres más laboriosas y más resignadas que yo, a pesar de carecer de pan y abrigo para ellas y para sus hijos, me considero demasiado favorecida y privilegiada por la bondad de Dios.
Palabra del Dia
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