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Actualizado: 1 de mayo de 2025
Y de la misma, por la parte del norte, bajan al Marañon los rios Topayós, Xingu, el rio de Dos Bocas, el Tocantins y otros. Por la parte del sur de Cuyabá se estienden por muchas leguas los anegadizos de Xarayes: de suerte que por esta parte no se puede entrar á la ciudad sino por el rio. Ni es posible que pueda pasar de otro modo gente de á pié, ni de á caballo.
Como que parece que se trata de ondas luminosas dijo el Capitán, después de observar con mayor atención . Mira, Horn, cómo se mueven, se levantan, bajan y corren. Son olas que se rompen, Capitán. ¿Contra una costa? No estoy seguro. Pero ¿qué es lo que produce tan intenso resplandor? Pronto lo sabremos, Capitán. El mar nos lleva hacia allá.
Las gaviotas revolotean en la playa, y su incesante graznar y el lloro de algún niño, que la madre cobija bajo el manto, son voces de susto que agrandan la voz extraordinaria del viento y del mar. Entre las tinieblas brilla la luz de un farol. Don Juan Manuel y el marinero bajan hacia la playa. ¡Ya alcanza mi amo cómo no está la sazón para hacerse a la mar! ¿Dónde tenéis atracada la barca?
En otra parte, un tronco se ha atravesado en el cauce, deteniendo como un dique todas las maderas que bajan. Se forma una presa, presa irregular y graciosa que aumenta sin cesar con todos los troncos que arrastra la corriente. Allí es donde los conductores del convoy tienen que desafiar la muerte cara á cara.
Se cubre con un toldo de lona, se bajan los muebles y comienza la vida verdaderamente andaluza. No era muy grande ni confortable el de las de Anguita, pero tenía, como todos, el encanto de las plantas y flores. De los arbustos pendían algunas jaulas con pájaros. El suelo, de azulejos rojos y amarillos.
Esas luces parecen adquirir intensidad con el movimiento de las aguas: suben, bajan y se mezclan unas con otras, confusamente, formando movibles líneas de oro y plata, que se prolongan hasta las crestas de espuma, que también se hacen luminosas.
La estension de estos aluviones, así como su espesor, que es de diez á doce varas, harian presumir que algunas conmociones violentas los hubiesen producido; pero es evidente que se forman todos los años por las avenidas de los rios que bajan rápidamente de las montañas, trayendo consigo partículas terrosas y areniscas que se desparraman por la llanura, y dejan anualmente en ella una nueva capa.
Un cuarto de hora después, bajan al templo de la danza esplendorosas, radiantes, cubiertas de seda, de gasas y de flores, todo a costa del Estado, y más brillantes que los ángeles, las hadas y las huríes de nuestros sueños. Los ministros y los príncipes les besan las manos y se manchan sus irreprochables trajes negros con el albayalde que ellas llevan en los brazos.
Los hilos bajan a la casilla del telegrafista, y si se acerca usted oirá un chirrido semejante al de los huevos en aceite: algo así como si el empleado friese los despachos antes de servirlos al público... Y todas esas cajas enormes de cristales deslustrados, esas cúpulas alambradas, son claraboyas que dan luz a salones y escaleras.
Disminuyéronse tambien mucho en las guerras con sus vecinos al norte los Picunches, Peguenches, y Taluheches, quienes aliándose, bajan algunas veces del lado de la Cordillera, y los sorprenden; en cuyo tiempo, no tienen otro recurso para librarse de los enemigos que atravesar el rio nadando, lo que los otros no pueden hacer; pero con la prisa y confusion de la fuga, dejan sus hijos detras, caen en las manos de los enemigos inhumanos, que los deguellan, sin perdonar aun los de cuna.
Palabra del Dia
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