Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de mayo de 2025
Al tender la vista sobre los pequeños huertos de esas pobres familias de proscritos, no pude menos que hacer una observación: hasta sus objetos de cultivo son tristes. La tinta medio gris de los aloes y de las plantaciones de habas coincide con la historia de esa extraña raza, así como las extensas y apretadas huertas de tunales y espinos.
Emma iba casi suspendida. Tuvo que confesar que no sentía el movimiento apenas. Durante el viaje, que duró tres horas más que el de ida, se durmió también, y se quedó con las manos apretadas sobre el vientre. Cuando despertó, vio a Bonis con la mirada grave, de expresión intensa, fija sobre el mismo sagrado bulto que oprimían los dedos de ella.
Impulsado Sir Guillermo por el entusiasmo del triunfo y el ardor del combate, siguió su furiosa carrera y desapareció entre las apretadas filas de los caballeros de Calatrava, que en un abrir y cerrar de ojos dieron cuenta del valeroso campeón inglés.
De vez en cuando avanzaba hasta los bordes de la peña, y con las mandíbulas apretadas y los ojos centelleantes, miraba a Yégof sentado delante de una gran hoguera en la meseta de «El Encinar», en medio de una pandilla de cosacos. Desde la llegada de los alemanes al valle de Charmes el loco no había abandonado aquel puesto; parecía que estaba contemplando desde allí la agonía de sus víctimas.
Nada habían escrito, pero revelaban al mundo su firme propósito de crear obras inmortales, uniformándose exteriormente con arreglo a un figurín profesional: largas cabelleras, grandes sombreros, corbatas amplias y sueltas, o apretadas con innumerables roscas sobre un cuello de camisa que les rozaba las orejas. El sarampión literario tomaba formas rabiosas que asustaban a Maltrana.
¡Un, dos! ¡Un, dos! ¡En filas apretadas! PABLO EMILIO. ¿Dónde está la mía? ¡Esperad, señores romanos de la antigüedad! ¡Se me ha perdido! ¿Dónde está? PABLO EMILIO. Señora, ¿no la habéis visto? VERÓNICA. ¡Qué bestia eres! PABLO EMILIO. ¿Yo? VERÓNICA. Sí, tú. ¡Eres un bestia! PABLO EMILIO. ¡Me insultáis, señora!
Palabra del Dia
Otros Mirando