Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de junio de 2025


Ben Hayyán asegura que nada habia comparable á las dos que trajo de Asia para An-nasír Ahmed el griego, tanto por su esquisito trabajo como por el valor intrínseco de su materia. Eran desiguales en forma y tamaño: la mayor, de bronce dorado, con bajo-relieves de figuras humanas bellamente esculpidas, y la condujeron desde Constantinopla á Córdoba el referido Ahmed y el obispo Rabí.

Aunque de esta obra de refuerzo ejecutada en tiempo de Abde-r-rahman An-nasír no hicimos mérito al hablar de este Califa y sus construcciones, no será inoportuno espresar aquí que posteriormente hemos tenido noticia de ella por otro fragmento traducido de la historia de Ebn Adzarí que debemos a la amistad del Sr. Gayangos.

La mezquita de Azzahra, templo de estupenda estructura, preciosamente labrado en todas sus partes, de noventa y siete codos de largo de la algufia á la quiblah sin contar el Mihrab, y de sesenta y uno de ancho, fué obra de cuarenta y ocho dias, habiendo An-nasír empleado en ella diariamente mil obreros entendidos, de los cuales trescientos eran albañiles, doscientos carpinteros, y los demas canteros, escultores, doradores, esmaltadores, mosaicistas, pintores, estucadores, tallistas, herreros, broncistas, etc.

Lit. de J. Donen, Madrid. Capítulo quinto. Medina-Azzahra. El grande y generoso Abde-r-rahman An-nasír tenia una concubina que dejó al morir una ingente riqueza, y el califa dispuso que se emplease toda en redimir muzlimes cautivos.

Terminada la ceremonia, el pueblo se retira, y los hermanos del califa, los wazires y los otros dignatarios permanecen en el palacio, para conducir á Córdoba el cadáver de An-nasír y darle sepultura en el cementerio de los califas .

Ya dijimos atrás que esta fábrica era una elegante zoma ó alminar de setenta y dos codos de altura, obra del tiempo de Abde-r-rahman An-nasír, y que el siglo XVI la habia notablemente quebrantado por poner en ella su mano profana.

Oyó el califa la peticion con agrado, ya porque conviniese á su política favorecer á Ordoño, ya porque hubiese este acertado á defender su causa con habilidad, y accedió á ella esponiendo como máxima incontrovertible de derecho internacional, que el haber sido bien recibido D. Sancho por su padre An-nasír no era una razon para que él desairase á D. Ordoño.

El emperador Constantino porfirogénito, cuya corte dirige la marcha del arte en Oriente y Occidente, se esmera en proporcionar á la capital del Califato nuevas seducciones, sin creer desdorada su dignidad por convertirse en joyero de la Sultana del Bétis . Todos los demas emperadores y reyes que directa ó indirectamente reciben de Constantinopla ideas de buen gusto y magnificencia, trasmiten tambien á la poderosa corte de Andalucía los frutos hermosos de aquellos trasplantados gérmenes . Hoy es una de las primeras dignidades de la Iglesia Bética el encargado de trasladar desde el asiento de la reina del Bósforo al encantado palacio de Azzahra, las primorosas esculturas que admiran con mezcla de placer y de escándalo los rígidos observadores del Koran ; mañana es nada menos que un santo, procedente de uno de los mas austeros cenobios de Alemania, el comisionado para llevar al temido Califa los esquisitos productos del arte germánico ; un obispo Eliberitano, mandado consagrar por el mismo Abde-r-rahman, es luego el elegido para promover y fomentar ese comercio y correspondencia mútua de las dos civilizaciones cristiana é islamita ; finalmente, la Córdoba de An-nasír es el emporio de las artes, los ingenios de los paises mas adelantados acuden á ella poniendo á competencia sus creaciones, y todo lo grande, todo lo bello, todo lo primoroso del arte monumental en Asia, en Africa y en Europa, deja su sello, su ofrenda y su tributo en la soberbia Caaba de los Umeyas.

Como por un vergel encantado que se representa en sueños, donde se hunde el pié de trecho en trecho, así discurre la imaginacion por la maravillosa y singular historia de estos tiempos. An-nasir, Al-hakem, Almanzor, poseen para los míseros mozárabes la magia de Circe: alucínanlos con el esplendor de su cultura, y cuando mas desprevenidos estan los aterran con sentencias de muerte.

Entre sus maravillas se distinguian el pabellon central, las fuentes y la mezquita. Sus paredes estaban cubiertas de oro y mármoles trasparentes de diversos colores: su techo de lo mismo, y pendia de su centro una perla de incomparable tamaño y valor que entre otros preciosos dones habia regalado á An-nasír el emperador Constantino Porfirogénito.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando