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Actualizado: 12 de octubre de 2025
Apuesto a que el título de la pieza será La cabra tira al monte dijo Rafael en voz baja a la condesa. Aludía esto a los amores de María con Pepe Vera, que todo el mundo sabía menos aquellos dos hombres, tan parciales de María que nunca pudo ni la nobleza del uno ni la buena fe del otro sospechar algo malo en ella.
Pero una rivalidad instintiva amargaba frecuentemente las relaciones de las dos multimillonarias. La princesa estaba segura de que su fortuna era enormemente superior. Cuando doña Mercedes hablaba de la plata mejicana, la Lubimoff aludía al platino de Rusia. «¡Y qué vale la plata comparada con el platino!» Para acabar de aplastarla, hacía la historia de su familia.
Muchas noticias relativas á este punto nos suministran las relaciones de viajes. En la India, al celebrarse el Ram-Lila ó fiesta de Rama, se lee ó leía el poema de Ramayana en las plazas públicas de las ciudades, mientras representaban los actores en muda pantomima los sucesos más notables á que aludía.
Usted también está enferma murmuró Julio. Y mientras la iba observando, el sufrimiento de Laura se comunicaba a su semblante. Hoy Adriana no está, dijo ella. Hace días que tampoco viene... Ojalá llegara... ¿Por qué, Laura? ¡Se querrán ya tanto, usted y ella! Era la primera vez que Laura, hablando con Julio, aludía a esta pasión.
El uno se ocupaba en encauzar la opinión pública por los derroteros del progreso moral y material, con mengua de los «reptiles que se arrastraban por el cieno, impotentes para elevarse un instante a la región de las ideas, escupiendo su veneno a todo el que sobresale por la inteligencia o por la virtud». Excusado es decir quiénes eran estos reptiles a los que don Rosendo aludía con frecuencia en sus artículos.
No había tal cuarto de hora, o por lo menos no era aquel cuarto de la hora a que aludía el materialista elegante.
En una ocasión llegó a decirle al Gobernador civil: Hombre, ¿no estaría en sus atribuciones de usted prohibir el paseo de la zapatilla? Aludía el Obispo al paseo de los artesanos en el Boulevard, entre luz y luz. Creía que de allí y de los bailes peseteros del teatro nacía la corrupción creciente de Vetusta.
Y el señor Rosendo pronunciaba una de estas tres frases: Menos mal. Un regular. Condenadamente. Aludía a la venta, y jamás se dio caso de que agregase género alguno de amplificación o escolio a sus oraciones clásicas. Poseía el inquebrantable laconismo popular, que vence al dolor, al hambre, a la muerte y hasta a la dicha.
Bonis, con la espalda abierta, como él decía, temía a todas horas que llegase el momento de una explicación; pero Emma nunca volvía sobre el asunto de los polvos de arroz. Tampoco aludía jamás a lo que aquella noche extraña había sucedido, ni había vuelto a tener iniciativas de aquel género.
Sin duda había pasado gran parte de la noche haciendo números, para correr al Casino á la hora de su apertura, con los ojos cargados de sueño, sin fijarse en el adorno de su persona, como si le faltase el tiempo para poner en práctica alguna portentosa combinación acabada de inventar. Siempre que la encontraba, el príncipe, con una astucia pueril, aludía á la suerte de su hijo.
Palabra del Dia
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