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Actualizado: 1 de junio de 2025


Durante el festín, que tuvo su añadidura de pimientos y su contera de pasas, no habría sido fácil explicar cómo con una sola boca podía la Sanguijuela engullir medianamente y hablar más que catorce diputados. Isidora, triste, cejijunta, ni hablaba ni hacía más que probar la comida. Observaba a ratos con gozo la voracidad de su hermano.

Una tras otra, fueron arrojándose sobre los platos, y perdido el primer escrúpulo, comenzaron a devorar como si saliesen de larguísimos ayunos. El señorito celebraba la voracidad con que se movían aquellas mandíbulas, y sentía una satisfacción moral casi equivalente a la que proporciona el bien. ¡

Uva a uva, pronto se acabó el racimo de los ahorros de la desventurada mujer; y cuando ya nada la quedó que ofrecer a la insaciable voracidad del vampiro, comenzó éste a esbozar otras exigencias que tardó en comprender el ofuscado y nunca muy sutil entendimiento de Facia.

Batiste apenas comió, ocupado en contemplar la voracidad de los suyos. Batistet, el hijo mayor, hasta se apoderaba con fingida distracción de los mendrugos de los pequeños. A Roseta, el miedo le daba un apetito feroz. Nunca como entonces comprendió Batiste la carga que pesaba sobre sus espaldas.

En lo alto del mangle, atan un perro, cuyos ladridos bien pronto atraen al caimán; este, tan luego se halla dentro de las fuertes emanaciones de la carroña, fija en ella su voracidad, hundiéndose en el interior de su descomunal boca, las afiladas barras del anzuelo.

Del miedo a las fieras le curaban sus acompañantes, asegurándole que el lobo y otros animalitos por el estilo no hacen caso del hombre como tengan bestias en que cebarse; y los viajeros llevaban, por de pronto, siete caballos que ofrecer a la voracidad del soñado enemigo.

Este enfermo crónico comía con una voracidad pantagruélica, y para vencer la torpeza de sus digestiones caminaba a todas horas por el buque, ensalzando las ventajas de la marcha. Únicamente en el café se le veía sentado: el resto del día lo pasaba dando vueltas en la cubierta; y cuando la afluencia de gentes dificultaba su tenaz ambulación, circulaba abajo por los pasillos de los camarotes.

A falta de sueño y de paisajes el interior de la diligencia nos ofreció una grotesca distracción. Iba con nosotros un judío alemán, joven, robusto, ordinario te, petulante, locuaz y de una voracidad singular, que había estado hospedado en Granada en la misma fonda que nosotros.

La avaricia de Fernando V ni aun respetaba á los muertos. Hacíalos desenterrar i ser convertidos en cenizas á impulsos de la voracidad de las hogueras, i al mismo tiempo los hijos i herederos de los difuntos eran despojados de las haciendas que justamente i por la lei habian adquirido, i se veian reducidos en un punto á la mayor pobreza.

Juan Pablo prestaba atención muy escasa al asunto de Maximiliano y a todos los demás asuntos de la familia, como no fuera el de la herencia. Su anhelo era cobrar pronto para pagar sus trampas. Entraba de noche muy tarde, y casi siempre comía fuera, lo que agradecía mucho doña Lupe, pues Nicolás con su voracidad puntual le desequilibraba el presupuesto de la casa.

Palabra del Dia

rigoleto

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