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Actualizado: 14 de junio de 2025
Acostumbrada ella a estudiarle la cara, para ver cómo andaba de salud, y el tal semblante era un libro en que la buena señora había aprendido más Medicina que Farmacia su sobrino en los textos impresos. «Me parece que tú no andas bien... le dijo . Cuando entré te sentí toser... Estas heladas...
¡O! dirá alguno, que eso es rigor de los Críticos, porque no hay Sermon donde no se propongan muchos textos de la Sagrada Escritura, y estos contienen grandes verdades.
La lectura de textos literarios originales de autores españoles será siempre uno de los modos esenciales de llegar al conocimiento práctico de la lengua. Será además un insustituible medio de llegar a conocer la vida, las costumbres, el carácter y el espíritu de esos pueblos con los que nos ligan lazos múltiples.
Apretóseles con razones y con textos en sólida explicación de los suyos y con profecías innegables de las verdades católicas. Mas, ¿cómo ha de entrar la Fé sin la pía afición? Cómo se ha de cautivar el entendimiento, donde la soberbia reina? O cómo a de confesarse convencido el entendimiento, cuando arrestada a su perdición la voluntad, hace punto y gala de ser pertinaz y obstinada?
Rafael estaba a la cabeza del banco de la comisión, algo separado de sus compañeros. Le dejaban espacio libre como los toreros al camarada que va a matar. Había apilado en su asiento legajos y volúmenes por si le ocurría citar textos en su contestación al venerable orador. Le contemplaba en silencio, admirándole. Aquel sí que era fuerte, con la dureza y la frialdad del hielo.
Porque el exceso mismo de sus ideas, que envuelven la negación más absoluta del progreso, les quita esa fuerza, ese ímpetu que la violenta aspiración a la libertad, a la emancipación de la conciencia humana comunica a sus adversarios. «Se lee mal, cuando se lee de rodillas», ha dicho Renán, refiriéndose a la interpretación de los textos bíblicos; se combate mal, cuando se combate de rodillas, diremos a nuestro turno.
Tenían a la verdad entrambos buen entendimiento pero sin más cultivo que el de su negociación, sin más letras que saber leer y escribir y sin más doctrina de su ley caduca ya y fenecida, que lo que bastaba para errar y perderse Sabían cuatro textos de la Biblia Castellana, más por tradición que por estudio, mal truncados, peor entendidos, a cuya letra querían estar tan asidos que negándose al espíritu de ella huían la vida que él les daba y abrazaban la muerte que en ella se proponían.
No importa que él se aparte de las doctrinas de las escuelas: los autores que nos ilustran, no son solo aquellos cuyas opiniones profesamos. Al tratar de las ideas, tendré ocasion de manifestar mis opiniones sobre este particular; y así por ahora, me ceñiré á copiar algunos textos de Santo Tomás, el representante mas ilustre de la filosofía escolástica.
Mas qué, frase interrogativa que corresponde al moderno "a qué". Véase A. Castro, La Crítica filológica de los textos, en Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, núm. 682, pág. 29 b. dijera de sí, que sí. V. la nota 132. 'pare', Parte XXI. La corrección es de la Suelta. "Soler, auxiliar de modo con infinitivo, lo suele far."
Si hacía obras de caridad hasta donde sus cortos medios lo consentían, era tan sin estruendo, que nadie se enteraba; si, movido a ello por compasión o porque lo juzgaba absolutamente necesario, daba algún consejo, le daba con tal llaneza y con tan pocos textos y autoridades, que nadie hacía caso, y aun había quien supusiese que no sabía aconsejar por lo fino, acostumbrado a vivir entre los salvajes allá en las Indias.
Palabra del Dia
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