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Actualizado: 4 de junio de 2025
El caserío es bueno, destacándose por la solidez de su fábrica, la iglesia y convento. Los muros de estas obras tienen de doce á quince pies de espesor. El Tribunal lo componen dos cuerpos, el uno antiguo y el otro moderno, en el último hay un salón de los más grandes que hemos visto en Filipinas. Atimonan tiene 8.790 almas, tributan 4.262 en las 46 cabecerías que registra.
Esa nueva tienda debe llamarse La Estolidez, en lugar de La Solidez.» Y aventuró esta profecía, que hasta ahora ha resultado válida: «La base de la zapatería de lujo es y será siempre el cosido a mano.» Pero no se le ocultaba a Apolonio que «La Solidez» o «Estolidez» le amenazaba con una competencia, quizá ruinosa.
Dedúcese de lo expuesto la causa de la superioridad de los autos de Calderón cuando se comparan con los de Lope, y consiste en la profundidad de su fondo, incomparablemente mayor; en el empleo, mucho más delicado, de la alegoría; en la solidez, con que están manejados sus materiales en todas sus fases, y hasta en el pulimento más acabado de sus partes, y de las relaciones de éstas entre sí.
Lo cierto es, que los trabajos de Aristóteles en esta materia, si se mira la solidez y utilidad, exceden en grande manera á estas nuevas y magníficas producciones.
En las grandes ascensiones, el peligro es inminente muchas veces y á cada momento se expone uno á la muerte, pero siempre sigue adelante y se siente sostenido é impulsado por una gran alegría al considerar que se sabe evitar el peligro con la solidez de los músculos y la serenidad del ánimo.
Si Clerico pudiera tener argumentos sólidos para mostrar insuficiencia y poca solidez en los argumentos de S. Gerónimo, tuviera mas disculpa de interpretar entonces las expresiones fuertes á deseo de oprimir al contrario, haciéndole odioso; pero sí Clerico esto no lo ha hecho ni lo pudo hacer, ¿no es claro que son artes suyas para desautorizar al Santo Doctor todo quanto dice contra él?
No tan bella parece la ciudad en su interior, antes bien produce una impresión algo desagradable lo empinado de sus cuestas, lo tortuoso de muchas lóbregas calles, y el mezquino y ruinoso aspecto de sus edificios, entre los cuales descuellan por su solidez y grandes proporciones, ya que no por su artística belleza, la casa de la Comunidad y el Seminario, edificios situados el primero en la antigua plaza de la Marquesa, ahora de la Libertad, y el segundo en la plaza de su nombre dando ya fuera de la ciudad.
A la vista de estas y otras muchas reflexîones, que subministran la Animástica y Metafísica, se entiende, que hay en nosotros un principio producidor de estos actos, el qual es de muy distinto ser y naturaleza que la materia; porque así como conocemos las cosas materiales y corporeas que hay en nosotros por las afecciones perpetuamente inseparables de ellas, como la extension, impenetrabilidad, solidez, &c. que dexan impresion en nuestros sentidos y imágenes en la fantasía, del mismo modo alcanzamos que hay en nuestra constitucion otro principio ageno de las referidas afecciones, con facultad de producir otras muy diversas, no solo en su ser, sino en sus propiedades, de modo que para separar estos principios constitutivos del hombre, así como al que es extenso, sólido é impenetrable le llamamos cuerpo, porque goza de las propiedades inseparables de las cosas corporeas, al otro le llamamos espíritu, porque por el general consentimiento de los Filósofos se da este nombre al ser inmaterial, que no participa ni puede participar de lo corporeo, antes tiene distinta naturaleza y opuestas afecciones á las de la materia.
A veces, la imposibilidad para hacer esta prueba es absoluta, á causa de que la verdad geométrica supone condiciones que en la práctica no podemos realizar. No habrá ciertamente quien ponga en duda la solidez de la prueba que se llama de superposicion: es decir, que si dos líneas ó superficies, puesta la una sobre la otra, se confunden exactamente, serán iguales.
Habíamos llegado al extremo del pueblo, y al pie mismo de la colina donde empezaba el pendiente camino del castillo. Admirando estábamos la solidez de sus altas murallas, cuando vimos salir de ella numerosas personas que lentamente empezaron el descenso de la cuesta. Retirémonos dijo Sarto. No, preferiría permanecer aquí fue la opinión de Flavia.
Palabra del Dia
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