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Actualizado: 26 de mayo de 2025


Y en cuanto se trata de repartirse los grados, la autoridad, las direcciones y, por consiguiente, las recompensas probables, todo el mundo se pone a reñir.

Innumerables cantores y trovadores vinieron á la corte, atraídos por las recompensas y honores que les aguardaban . La enumeración de las obras en prosa y verso, que aparecieron en esta época, en su mayor parte bajo la protección ó á impulsos de la reina Isabel, formaría un catálogo importante.

Allí, en aquella mano, están todas las recompensas y están todos los castigos; ella tiene la suerte de cada uno, casi como la de Dios; ella puede dar y puede quitar; puede condenar a una eternidad de padecimientos lentos, y puede llevarlo a uno hasta la cumbre en un instante: es la omnipotencia.

El doctor se exaltaba, elevando su voz, al comparar la moral de las religiones y aquella moral de los pensamientos elevados y nobles que se desarrollaba al tranquilo amparo de la ciencia. ¡Cómo poner al mismo nivel al egoísta crédulo que con unos cuantos sacrificios y mortificaciones cree comprarse una eternidad de alegría en el cielo, y al hombre moderno, que hace el bien sin creer en futuras recompensas, ni en el agradecimiento de divinos fantasmas, únicamente por la alegría de socorrer al semejante, por la solidaridad que debe existir entre todos los que tripulan el barco errante de la Tierra!... Así habían procedido siempre los grandes mártires y los genios.

Para ella siguió diciendo su amigo , todos los hombres deben trabajar en algo, producir, ser héroes. A su pobre marido, dulce como un cordero enfermo, lo adoró porque pintaba unos cuadros paliduchos y había conseguido modestas recompensas en varias Exposiciones.

En cambio, muchos rusos, al disolverse sus regimientos, se han incorporado á la Legión... Lo mío nada tiene de extraordinario. ¡Y qué de recompensas por lo poco que he hecho!

21 ¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? 23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman las dádivas, y van tras las recompensas; no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. 24 Por tanto, dice el Señor DIOS de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios;

No detallaré todas las garantías y recompensas que le ofrecimos y que en su día fueron cumplidas religiosamente, de suerte que hoy vive con holgura, aunque no diré dónde. Era más débil que perverso y muy pronto nos convencimos de que hasta entonces había obrado por temor al Duque y a su hermano Máximo más que por adhesión a la causa de aquél.

Palabra del Dia

condesciende

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