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Actualizado: 9 de mayo de 2025
El cuadro del último período se halla constituido por los síntomas siguientes: vértigos, dolor de cabeza estupefaciente, atontamiento de la cabeza, somnolencia angustiosa, cefalalgia presiva, punzadas en el cerebro con náuseas y vómitos al menor movimiento, vértigos y náuseas al leer, ardor en la cabeza y frio en el cuerpo, descomposicion de los rasgos de la cara, calor seco y rubicundeces pasajeras de las mejillas, dilatacion ó contraccion de las pupilas, obnubilacion, exaltacion de la audicion, ó disecea y diminucion de esta facultad, epistaxis, calor y ardores pasajeros en la nariz y los oidos; disuria y supresion de las orinas; aliento pútrido, fétido; labios secos, escoriados, ardorosos, tumefactos; sequedad y ardor en la boca; disfagia; ruido al tragar, como si el exófago fuera inerte; gusto pútrido, eructos é hipo; saliva sanguinolenta; ruido de gases en el vientre; deposiciones sanguinolentas, purulentas, involuntarias; las palpitaciones del corazon se parecen mas al estremecimiento; postracion de fuerzas, desaliento, coma.
Para satisfacer la curiosidad natural de Morsamor y de Tiburcio, donna Olimpia, en presencia de Teletusa y del doncel, no tardó en contar a grandes rasgos sus aventuras. Y como donna Olimpia era tan latina y tan abastada de erudición clásica, empezó diciendo como el Eneas de Virgilio: ¡In fandum, Morsamor, jubes renovare dolorem!
Su dicción, ajustándose siempre perfectamente á la índole del asunto, pasa en ligeras transiciones desde el tono ligero y fácil de la conversación más frívola hasta el estilo poético más elevado, revistiéndose de la forma que cuadra al trato común y ordinario, ó de la que conviene á los rasgos más cáusticos del ingenio, ó á la violencia arrebatadora de la pasión.
Esta, muy contra su voluntad, no tuvo más remedio que referir los novelescos pasajes del ratón, las visiones y de la botella de coñac; pero lo hizo a grandes rasgos, para acabar más pronto. iv Aquella noche se fueron a Variedades, que está a dos pasos del Ave-María.
Donde quiera que subsiste la raza flamenca, las construcciones, la agricultura, la industria, el dialecto y demas rasgos característicos se sostienen en completa analogía con los rasgos propios de la Flándes belga.
Con enérgicos rasgos, parcamente distribuídos, sabe trazar también los caracteres de los personajes subalternos, pero con contornos correctos y existencia independiente.
En La fortuna adversa del infante D. Fernando de Portugal, de Lope, sólo pudo hallar Calderón un débil bosquejo de su Príncipe constante; pero aunque su drama aventaje singularmente al de su predecesor, se notan en él muchos rasgos que el último poeta ha hecho suyos, pulimentándolos.
Lo pasado es triste pero venerable en muchos de sus rasgos. Lo porvenir será una época de resurrección para Valladolid. El canal de Castilla. La provincia de Palencia y su capital. Alar-del-Rey; las fuentes del Ebro. El rio Besaya. La provincia de Santander. La ciudad y su bahia.
Olvidaba su acento provincial, su vestido tan mal hecho y aun los rasgos irregulares de su fisonomía, pues poseía en cambio la joven una cultura de espíritu, un juicio claro y sereno y sobre todo una facultad de entusiasmo que no se encuentra frecuentemente ni aun en París.
Sin embargo, á pesar de su atrevimiento, estos rasgos epigramáticos se presentan con tanta benevolencia y en versos tan harmoniosos, bajo un velo tan bello de ironía, y con galas tan seductoras, que hasta los atacados por ellos no pueden menos de reirse también al oir las palabras del hermano de la Merced.
Palabra del Dia
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