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Actualizado: 11 de mayo de 2025


Estaba tomándola el pulso a su modo. Clavó con sus ojos menudos los de Ana y repitió: ¿No sabes lo de Álvaro? El pulso se alteró, lo sintió ella con gran satisfacción. «A con santidades, pensó; pulvisés, como dijo el otro». ¿Qué le pasa? ¿qué se ha marchado? Ya lo . No, no es eso. ¿Qué? ¿No se ha marchado? Nueva alteración del pulso, según Visita.

Ripamilán gritaba: Señor mío, los deberes sociales están por encima de todo.... El Deán se escandalizó. ¡Oh! ¡oh! dijo eso no, señor Arcipreste... los deberes religiosos... los religiosos... eso es.... Y tomó un polvo de rapé extraído con mal pulso de una caja de nácar. Así solía él terminar los períodos complicados.

¡Es claro, se muere! ¿Quién le ha dado esto? preguntó. ¡No , Octavio! Hace un rato sentí ruido... Seguramente lo fué a buscar a tu cuarto cuando no estabas... ¡Mamá, pobre mamá! cayó sollozando sobre el miserable brazo que pendía hasta el piso. Nébel la pulsó; el corazón no daba más, y la temperatura caía.

-Tanto es lo de más como lo de menos -respondió Sancho-; aunque decir al señor Carrasco que no echara mi señor el reino que me diera en saco roto, que yo he tomado el pulso a mismo, y me hallo con salud para regir reinos y gobernar ínsulas, y esto ya otras veces lo he dicho a mi señor.

En los primeros momentos de una afeccion del corazon manifestada con tales síntomas, hay menos alteraciones generales y palpitaciones tumultuosas; estas se presentan por accesos con opresion; el pulso, en fin, no se acelera ni con el menor movimiento, ni por la mas ligera causa escitante.

La intermitencia es otro carácter del agárico; el pulso es pequeño, desigual, intermitente, falta una pulsacion despues de la 10.ª, 30.ª ó 40.ª: aquí por cierto un pulso eminentemente asténico, sin que su carácter deje por lo tanto de ser nervioso.

Y también me calzaré las manos con eso que llaman guantes, que no pienso quitarme nunca como no sea sino para tomar el pulso.... Tendré un bastón con una porra dorada y me vestiré... eso , en mis carnes no se pone sino paño fino... ¡Córcholis! Te vas a reír cuando me veas.

¿Qué tiene esta muchacha? pregunté yo alegremente. Debe estar enferma del estómago dijo tu abuela . Tiene vómitos, está ojerosa. Contemplé a la muchacha, que bajó la vista; le tomé el pulso, y dije: Que vaya a mi casa y la reconoceré más despacio. Bueno, ya irá. ¿Cree usted que tendrá algo grave? Ya veremos. Me despedí de la familia y seguí haciendo mi visita.

Saco la lengua delante del espejo, y la encuentro magnífica... Me tomo el pulso y nada tiene de anormal... ¿Qué es entonces todo esto?... ¿Existe un resfriado moral?... Todo me lleva invariablemente a ese señor Baltet a quien no conozco.

El pulso está perfectamente tranquilo. Reposo, María, reposo. Te matas a fuerza de trabajo. Hace algún tiempo que tus nervios se irritan de un modo extraordinario. Tu sistema nervioso se resiente del impulso que das a los papeles. No tengo la menor inquietud, y así me voy a velar un enfermo grave.

Palabra del Dia

commiserit

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