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Deslizábanse después de este día, con lentitud tediosa, los del mes de Agosto, el mes en que Madrid no es Madrid, sino una sartén solitaria. En aquellos tiempos no había más teatro de verano que el circo de Price, con sus insufribles caballitos y sus clows que hacían todas las noches las mismas gracias.

Si en el interior de África nos enseñaran unos tigres muy sociables, y si ante nuestra estupefacción nos dijeran que esa sociabilidad era natural y que esperásemos a ver a los tigres en Price, esta contestación nos parecería bastante absurda. Pues igualmente absurda me pareció a la contestación que me dieron en la ganadería sobre la ferocidad de los toros. No.

No está trazado en línea recta como el de la Castellana, porque no tiene por objeto despertar en el vecindario ideas generales, sino que forma una curva graciosa y bastante prolongada, que se extiende desde la Casa de fieras hasta la estatua del Angel caído, en torno de la cual giran los carruajes al dar la vuelta; es un Luzbel doblado por el espinazo, el cuello descoyuntado y los músculos tendidos, que parece un artista ecuestre del circo de Price.

«La quiero tanto dijo sin mirar a su tía, y encontrando palabras relativamente fáciles para expresar sus sentimientos , la quiero tanto, que toda mi vida está en ella, y ni ley ni familia ni el mundo entero me pueden apartar de ella... Si me ponen en esta mano la muerte y en esta otra dejar de quererla y me obligan a escoger, preferiré mil veces morirme, matarme o que me maten... La quise desde el momento en que la vi, y no puedo dejar de quererla, sino dejando de vivir... de modo que es tontería oponerse a lo que tengo pensado, porque salto por encima de todo y si me ponen delante una pared la paso... ¿Ve usted cómo rompen los jinetes del Circo de Price los papeles que les ponen delante cuando saltan sobre los caballos?

Breathing his love in poetic musings, eating out his own heart in sleepless nights and in anxious waitings for his lady-love by the fountain in the Prado or at the lavaderos along the banks of the Manzanares, refusing wealth and spurning position gained at the price of his love, preserving an unrivaled fidelity to his friend and kinsman, but finally consenting to sacrifice his love for the honor of his name and family, Don Juan is the embodiment of Spanish chivalry of all ages.