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Actualizado: 25 de junio de 2025
»Esos lindos piececitos que apenas pueden llevarla, están pidiéndote un coche. Es cuestión de un mes de economía; no es, pues, cosa de oponer ningún reparo. »Cuando sientas fatigado tu cuerpo, dile que te mire; cuando sientas cansado tu espíritu, haz que te sonría. »Ya tiene granja y coche; ahora le faltan joyas.
A veces, con una timidez ruborosa y huyendo la vista, preguntaba a Ojeda por el estado de sus negocios. «¡Si tuvieras un dinero que necesito!»... Y cuando él, con apresuramiento, satisfacía su demanda, María Teresa parecía arrepentirse. ¡Qué vergüenza! ¡Yo pidiéndote dinero!... Es para algo importante; ya sabes... el pleito. Pero en fin, como hemos de casarnos, todo lo nuestro debe ser común.
Tu existencia está trazada y yo la veo desde aquí: irás hasta el fin, llevarás tu aventura tan lejos como se pueda ir sin cometer una infamia, acariciarás siempre la deliciosa idea de verte a dos dedos de una falta y evitarla. ¿Quieres que te lo diga todo?... Magdalena un día caerá en tus brazos pidiéndote gracia, tú tendrás la alegría sin igual de ver a una santa criatura desvanecerse de languidez a tus pies; tú la evitarás seguro estoy y con la muerte en el alma te alejarás y llorarás su pérdida durante años enteros.
¡En el sétimo cielo; a la derecha de Dios Padre! Y tomándole una mano comenzó a besarla con frenesí, como si no hubiera nadie delante. Julia te ha escrito pidiéndote perdón de mi parte, ¿no es verdad?... Diciéndote que estaba en peligro de muerte, y deseaba casarme contigo, ¿verdad?... Pues todo, todo eso es cierto... Sólo que ya no me muero.
No tardaré yo en salvar la distancia, y el día en que menos lo pienses, apareceré a tu lado y me verás de hinojos a tus plantas, pidiéndote que correspondas al inmenso amor que me inspiras. No hay ya en mí calidad exótica y peregrina que te prohíba amarme.
Tú eres nuestro Padre, que estás en el cielo y debemos ser perfectos como tú, perdonando a quienes nos ofendan, y pidiéndote que los perdones porque no saben lo que se hacen. Yo debo recordar las bienaventuranzas. Bienaventurados cuando os ultrajaren y persiguieren y dijeren todo mal de vosotros. El sacerdote, el que va a ser sacerdote, ha de ser humilde, pacífico, manso de corazón.
Palabra del Dia
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