Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de julio de 2025


Maugirón le tocó en el hombro. ¿Vas á comer? , contigo, si quieres. Con mil amores. Tengo una mesa con Frecourt. Me alegro. Tengo, precisamente, que pedirle unas noticias. Frecourt, al que llamaban "Semifusa" era uno de los aficionados á la música más eruditos de París. Conocía todas las partituras, todas las escuelas y todos los cantantes desde hacía treinta años.

Tan pronto devoraba libros, emprendía penosos estudios y practicaba con ardor la cirugía, como lo abandonaba todo para leer partituras al piano, tocándolo con pocos dedos y menos nociones de Música. Pero en estas alternativas de trabajo y holganza, se ha apoderado poco a poco de la ciencia, y cada idea que llegaba a ser suya, daba al punto en su mente magníficos frutos.

Estas tardes de comunión artística en aquel rincón de la catedral adormecida ligaban a los dos hombres con un afecto creciente. El músico hablaba, hojeaba cantando sus partituras, o hacía sonar el armónium; el revolucionario le escuchaba silencioso, sin interrumpir a su amigo más que con la tos de su pecho enfermo.

Quiso el príncipe leer los títulos de las partituras, y Spadoni intentó ocultarlas con una precipitación cómica. ¡Verdaderas porquerías!... No hay que mirar eso, Alteza. En esta Costa Azul, cuando las señoras entradas en años no encuentran ya quien las ame, se dedican á escribir romanzas ó bailes de gran espectáculo, y el Casino acepta sus obras para no disgustarlas.

Doña Pepa, apremiada por las cartas de su hermano, vendía campo tras campo; pero aun así en muchas ocasiones se retrasaba el envío de dinero, y en vez de comer en la trattoría, cerca de la Scala, entre alumnas de baile y artistas de reciente contrata, se quedaban en casa, y Leonora, olvidando sus partituras, cocinaba valerosamente, aprendiendo las misteriosas recetas de la vieja bailarina.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando