Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de julio de 2025
Por lo pronto, cuando nos paguen ustedes la visita... y muchísimas veces más, como es natural entre personas de familia. ¿No es verdad, don Alejandro? ¡Ja, ja, ja! Adiós, Nieves. A la puerta del estrado se cruzaron con las Escribanas que entraban, muy arrebatadas de calor y un tanto airadas de semblante.
Y no necesitó más darse colorete a las mejillas, porque ellas recuperaron su natural carmín. Al verla por fin tranquila y alegre, el rey su padre le dijo un día: Cristela, ya tienes edad de casarte y debes elegir un marido sin tardanza. Recuerda que eres mi única hija y que yo soy un anciano.
Hasta el resultado de la santa educación que he dado a mi hija y que me ha valido que ella, sin poderlo remediar, de mí se avergüence, me parece natural y justo. Si me voy, pues, del haz de la tierra, no será por ira ni por enojo contra el cielo, será por el ansia impaciente de buscar y de hallar el amor que en la tierra no hallo.
Por grande que fuese en aquel tiempo la cultura de Sevilla, era natural que Madrid, donde habitaban los reyes y las más opulentas familias, atrajera a los artistas provincianos.
Lope prosigue su narración, añadiendo que Blanca sólo consintió á la fuerza en su casamiento, y que él, fruto de esta unión forzada, sufrió en su educación los efectos de ese enlace poco natural.
Si, después de haber contemplado nuestra rica colección de armaduras de la Edad Media y aquellas pesadas moles de hierro con que se tapujaban nuestros caballeros, nos encaminamos al Museo de Historia Natural para ver las armaduras de los crustáceos, nos causa lástima el arte del hombre.
Leonor Forteza y Valls, viuda de Gregorio Forteza, de oficio que fue botiguero; natural y vecina de esta Ciudad, de edad de setenta y cinco años, cuando murió el año pasado de 1678 por delitos de judaismo: salió al Auto en estátua con insignias de reconciliada: leyósele su sentencia con méritos, declaróse haber sido hereje, apóstata, judaizante y absuelta de las censuras, con confiscación de bienes.
Además, el arsénico rebaja la fiebre, abre el apetito, facilita el sueño, restablece las carnes y no perjudica el efecto de los otros medicamentos, ayudándolos algunas veces. El señor Le Bris había pensado muchas veces en tratar a Germana por este método, pero un escrúpulo bien natural le detenía. No estaba seguro de salvar a la enferma y aquel diablo de arsénico le recordaba a la señora Chermidy.
Virgen Santísima, sueño, sueño, olvido... Esta es otra; ¿por qué me palpita el corazón? Lo mismo fue hace dos noches. Yo tengo algo, yo estoy enferma. Este latido, este sacudimiento no es natural.
La he visto mucho a la señorita Bettina desde que llegó a Longueval. ¡Pues bien! ahora reflexiono, antes no me asombraba, me parecía tan natural que se interesasen por ti, pero en fin, ella no hablaba sino de ti, siempre, siempre de ti. ¿De mí? Sí, y de tu padre y de tu madre.
Palabra del Dia
Otros Mirando