United States or Latvia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Detúvose el tren en una pequeña estación, y las mujeres que más habían hablado de Marieta se apresuraron a bajar, echando por delante sus cestas y capazos. Unas se quedaban en aquel pueblo y se despedían de las otras, de las vecinas de Marieta, que aún tenían que andar una hora para llegar a sus casas.

Marieta se fijó en él... Si al volver la cabeza resultase que era su cuñado, ¡Dios mío, qué susto! Pero segura de que estaba muy lejos, siguió adelante, saboreando la cruel idea del encuentro, por lo mismo que lo creía imposible, temblando al pensar que fuese Teulaí el que estaba a la puerta de la taberna. Pasó junto a él sin levantar los ojos. Buenas tardes, Marieta.

¡Como que las mujeres de la buena sociedad no cuestan tan caras como nosotras! exclamó Marieta. Pregunta á Maugirón cuánto ha pagado en casa de Doucet y en casa de Worth cuando le honraba con sus favores la hermosa señora de... ¡Nada de nombres propios! interrumpió Maugirón.

Marieta parecía satisfecha y tranquila. ¡Oh, la mala piel! Con un alma tan negra, y miradla qué guapetona, qué majestuosa; parecía una reina. Los que nunca la habían visto se extasiaban ante su hermosura.

Seré muy buena; te querré mucho... Me tomas como una amante; pero con bondad y con cariño, yo he de conseguir que me adores como a esposa. Venganza moruna Casi todos los que ocupaban aquel vagón de tercera conocían a Marieta, una buena moza vestida de luto, que, con un niño de pechos en el regazo, estaba junto a una ventanilla, rehuyendo las miradas y la conversación de sus vecinas.

Y la temblaban las piernas, balbuceaba y no se atrevía a alzar los ojos por no ver a su cuñado. A lo lejos sonaban chirridos de ruedas; voces prolongadas se llamaban a través de los campos, rasgando el silencioso ambiente del crepúsculo. Marieta miraba con ansiedad el camino. Nadie. Estaban solos ella y su cuñado.

La peor de todas, amigo mío. ¡Se casa! Hubo una exclamación general. ¡Oh! Es muy cursi burlarse del matrimonio... Maugirón, tu degeneras. El matrimonio, dijo Marieta, es una institución que se debe conservar como oro en paño. Primero, porque sin él habría una cantidad enorme de solteros. Después, porque los nobles arruinados no sabrían cómo reponerse.

Marieta, la doncella, nos abrió la puerta, y cambió un mirada con la abuela, que me asombró. Pareció que la abuela le preguntaba: ¿Hay alguien con la señora? Y que Marieta había respondido: . Mientras subía la escalera, me sentí oprimida y rara. Francisca me empujó con el codo y me dijo: Esto huele a misterio, ¿eh?...