United States or Somalia ? Vote for the TOP Country of the Week !


No, á ese no podía quererlo Pepita: lo despreciaba á pesar de que la perseguía en las visitas, extremando con ella su cortesía empalagosa copiada de los padres de la Compañía. Se retiraba de él con cierta impresión de asco: como si la pudiera manchar con impuros contagios, á los que ella, en su inocencia, daba formas monstruosas.

»Hagamos, pues, el último sacrificio, el más cruento de todos, aunque nos cueste la vida. Ni la menor sombra de egoísmo debe manchar lo más desinteresado, misericordioso y divino que posee el alma humana: el amor de padre.

Todo lo que la envidia, la bajeza y la maldad pueden inventar para manchar una personalidad honrada, se intentó entonces contra .

Y el muchacho, a su frente, tocándola casi, sintió en sus manos inertes la alta felicidad de un amor inmaculado, que tan fácil le habría sido manchar. ¡Pero luego, una vez su mujer! Nébel precipitaba cuanto le era posible su casamiento. Su habilitación de edad, obtenida en esos días, le permitía por su legítima materna afrontar los gastos.

Si tras la lidia Me aguarda entre sus brazos la victoria. ¿Qué me importa que otros con perfidia Quieran manchar mi nombre envuelto en gloria? Detesto el odio, la traición y engaño Y a aquellos quienes me odian los perdono; Podrán viles hacerme todo daño, Mas no me harán temblar en mi alto trono. Por encima del odio y de la inquina, Todos pregonan mi carácter noble.

Bien que por lo que toca á la pureza de su conciencia dan otros Misioneros relación más distinta, diciendo que hacen mucho escrúpulo de retener cosa ajena por pequeña que sea, que muchas veces apenas se les halla materia suficiente para la absolución; que luego que sienten el menor remordimiento de cualquiera culpa, por ligera que sea, y sólo en apariencia á veces, corren volando á llorarla delante de Dios y pedir remedio á sus ministros, aunque estén actualmente ocupados en las labores del campo, ó de noche reposando, y singularmente se refiere de una buena mujer que pareciéndole aún esto poca parte para mantenerse inocente, importunó tanto al cielo con sus plegarias para que la pusiese donde estuviese más segura de manchar su alma, que al fin logró feliz despacho de sus súplicas, porque el día solemne de la Ascensión, asaltada de un accidente casi repentino, recibidos todos los Sacramentos, fué por la muerte á gozar la gracia que deseaba.