Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de mayo de 2025


Al cuarto del señor Delaberge. Mañana se reúne en la alcaldía el sindicato formado por los usuarios y antes de convenir con ellos la forma en que habremos de proceder, desearía ver al inspector general... Ya comprendes... No estaría de más hacerle hablar y saber cuáles son sus intenciones...

Al examinar los papeles con mayor detenimiento, que no eran oficiales, sino privados, y al parecer de letra y puño del Inspector. La única explicación que pude darme del porqué se encontraban en la pila de papeles de que he hablado, consiste en que el Sr.

En otra ocasión, tal vez los hubiera aún exagerado. Pero cuando se juzga en causa propia, se es menos rígido y muchas veces un deseo nos hace cambiar los más íntimos sentimientos. El vivo interés que el inspector general sentía ahora por Simón le llevaba a transigir con sus antiguos principios y sin mucho miramiento pegó fuego a sus naves.

Como usted conoce, ciudadano inspector... un mes no es lo que se nos debe, y lo que nos corresponde, y a lo que tenemos derechos inalienables e individuales.... Estamos resueltas, pero resueltas de verdá, a conseguir que nos abonen nuestro jornal, ganado honrosamente con el sudor de nuestras frentes, y del que sólo la injusticia y la opresión más impía se nos pueden incautar....

Cuando estaba ya en los postres le anunciaron al guarda general: un muchacho lleno de obsequiosidad y balbuciente, que se confundía en salutaciones y no osaba sentarse, tanto le intimidaba la presencia del inspector general.

Sus dueños sólo volvían después de comer en el restorán. Era un matrimonio de empleados, que únicamente permanecía en casa los días festivos. El hombre, vigoroso y de aspecto marcial, prestaba servicio de inspector en un gran almacén. Había sido militar en África, ostentaba una condecoración y tenía el grado de subteniente en el ejército de reserva.

Mientras ella hablaba íbase oscureciendo la fisonomía de Simón, lo que no se escapó a las miradas de la señora Miguelina. Hacía tiempo que había leído ya en el fondo del corazón de su hijo y adivinó fácilmente que lo que a éste le disgustaba no era la ausencia del inspector general, sino la noticia de sus reiteradas visitas a Rosalinda.

Sin poder apartar sus ojos de esa vaga silueta, el inspector general se dejó dulcemente deslizar hacia las mayores profundidades del recuerdo, y escuchando los nocturnos rumores de los campos y de los bosques fue perdiendo poco a poco la noción de los días y de los años...

Levantóse y se dirigió hacia la puerta seguido del grupo de los usuarios. El mismo alcalde se batió en retirada y dejó sólo al inspector general.

Registrando más minuciosamente el manuscrito, hallé la historia de otros actos y padecimientos de esta mujer singular, muchos de los cuales encontrará el lector en la narración titulada "LA LETRA ESCARLATA"; debiendo tenerse presente, que las circunstancias principales de dicha historia son auténticas, como que cuentan con la autoridad que les da el manuscrito del Inspector Pue.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando